{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
El Centro de Coordinación de Rescate de Halifax, quien se encarga de coordinar las tareas de búsqueda de los marineros desaparecidos en el naufragio del Villa de Pitanxo, el pesquero gallego hundido frente a las costas de Terranova, en Canadá, ha comunicado la suspensión del operativo desplegado en la zona tras 36 horas de un rastreo dominado por el mal tiempo y unas condiciones adversas.
Así lo han confirmado fuentes de Salvamento Marítimo a Europa Press, las cuales han destacado que, durante todo el día, la búsqueda ha estado marcada por el fuerte oleaje, el frío y la reducida visibilidad; circunstancias a las que se enfrentaron los 24 tripulantes del buque naufragado.
En total, de todos los marineros a bordo solo se ha rescatado a tres supervivientes, mientras se han confirmado 9 muertes. El resto, 12 marineros más, permanecen desaparecidos tras el naufragio en las gélidas aguas de Terranova.
Todo sucedió la madrugada del miércoles 15, cuando a aproximadamente las cinco de la mañana (hora española) se emitió la primera alerta de socorro desde el pesquero. Se cree que un golpe de mar provocó el naufragio, que pudo ser rápido y violento, además de muy lejos de la costa, teniendo así muy poco margen para los protocolos de salvamento.
La tripulación del barco era experta y bien entrenada, pero todo apunta a que tuvieron muy poco tiempo para reaccionar.
Entre los tres supervivientes están Juan Padín, el patrón del barco, un hombre experimentado que llevaba años faenando en esas aguas; su sobrino, Eduardo Rial, de 42 años; y un marinero ghanés afincado en Marín, Pontevedra, –base del Villa de Pitanxo–, e identificado como Samuel Kwesi Koufi. Todos ellos fueron encontrados en una de las embarcaciones que fueron halladas a la deriva.
Tras la tragedia, Padín, oriundo de Cangas, pudo telefonear a su familia para, brevemente, apenas informar en una frase de que él y su sobrino estaban vivos. "No os preocupéis. Eduardo y yo estamos bien", les dijo.
Media hora antes del hundimiento, Eduardo telefoneaba a su novia explicándole que hacía “muy mal tiempo” y se tenía que poner a trabajar.
Ese mal tiempo ahora persiste, mientras las autoridades canadienses han decretado la suspensión de la búsqueda. Los rastreos, entre olas que han alcanzado los 10 metros, son sumamente complejos, y consideran que las posibilidades de encontrar a alguno de los desaparecidos con vida son ya nulas.
En este sentido, los efectivos canadienses prolongaron las labores de búsqueda y rescate más allá del tiempo establecido por sus tablas de supervivencia en unas condiciones como las de las aguas de Terranova, las cuales apuntan que tras 24 horas no hay prácticamente probabilidad real de encontrar a los marineros con vida.
“Lamentablemente, basándonos en los resultados de una búsqueda exhaustiva realizada por un número significativo de aeronaves y embarcaciones del SAR (Search And Rescue, en español Búsqueda y Rescate) durante las últimas 36 horas, la búsqueda de los 12 pescadores desaparecidos a bordo del Villa de Pitanxo ha sido suspendida”.
“Nuestros pensamientos y más sinceras condolencias están con las familias, los allegados de estas personas. El caso ahora será entregado a la policía como un caso de personas desaparecidas en el mar”, han escrito el Centro de Coordinación de Rescate de Halifax desde su perfil oficial de Twitter.
A lo largo de la jornada y entre muestras de dolor, numerosos allegados y familiares se han ido acercando hasta la armadora para intentar obtener alguna información en medio de una gran sensación de incertidumbre. Su atención y la comunicación de información la centralizan psicólogos especialistas, ha explicado el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, quien ejerció de portavoz tras una reunión en Marín en la que también participaron el delegado del Gobierno, José Miñones, así como los alcaldes de la zona afectados, entre otras autoridades.
El protocolo activado es similar al del trágico accidente ferroviario de Angrois, en Santiago, que dejó 80 muertos.
Previamente, Feijóo había presidido un Consello de la Xunta extraordinario que acordó decretar tres días de luto oficial en Galicia; y los minutos de silencio acompañados de declaraciones de condolencia y solidaridad se han extendido por el territorio, ante ayuntamientos afectados y también otras instituciones.
Entre los 24 tripulantes del Villa de Pintanxo se encontraban 16 marineros de España, 5 de Perú y 3 de Ghana. Fuentes peruanas han trasladado que también habría compatriotas suyos entre las víctimas mortales ya localizadas.