Nuestro planeta se enfrenta a grandes retos en todos los frentes posibles: cambio climático, cuarta ola feminista, desigualdad y hambre, desarrollo sostenible, crisis migratoria… La lista es tan larga como alarmante. Por eso supone un cierto respiro saber que nuestro tiempo, además de muchos problemas, está dando espacio al crecimiento de grandes figuras sociales que prometen marcar un antes y un después en nuestro desarrollo. Hoy nos centramos en 5 de estas figuras, pertenecientes todas ellas al sexo femenino: son 5 de las mujeres menores de 30 años que van a cambiar el mundo, y a las que te recomendamos seguir la pista en adelante (si no lo haces ya).
Muchos de estos nombres proceden de la 73ª Asamblea General de las Naciones Unidas, que tuvo lugar a finales de 2018 y que estuvo marcada por la puesta en valor de la juventud como colectivo clave de cara a cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Allí se dieron cita decenas de grandes mujeres, todas ellas con grandes ideas para cambiar el mundo, procedentes de muy distintas disciplinas.
Greta ThunbergEsta jovencísima activista por el cambio climático, persona del año para la revista Time no podía dejar de aparecer en este listado. Aún no alcanza la mayoría de edad y ya ha tenido la oportunidad de explicar ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a qué retos nos enfrentamos en cuanto al cambio climático. Nos transmite la realidad de forma tan obvia que avergüenza (o debería avergonzar) a su público, y nos enseña con su contundencia y determinación que, efectivamente, para que las cosas cambien, debemos cambiar nosotros mismos y actuar de forma consecuente.
Antes de hacerlo ante la ONU, esta adolescente sueca ya intervino durante la Cumbre del Clima 2018, poniendo el acento en la necesidad de poner el foco en lo que es necesario hacer, y no en lo que es políticamente posible. Y antes de ello ya era conocida por pasar cada viernes frente al Parlamento sueco pidiendo que se cumplieran los objetivos medioambientales, pidiendo la huelga por el cambio climático. Su mensaje caló pronto y se propagó por toda Europa, especialmente entre los estudiantes.
Mari Copeny es todavía una niña y ya está dispuesta a ser la futura presidenta de Estados Unidos. Se hace llamar 'Little Miss Flint' en redes sociales (en honor al nombre de su pueblo) y durante la gala 'Social Good Summit' intervino explicando los problemas que genera para millones de personas la falta de acceso a agua limpia. Y es que hoy en día mueren en el mundo más de 500.000 personas a causa de consumo de agua contaminada, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Flint es una de estas zonas afectadas, motivo por el que Copeny decidió enviar una carta al entonces presidente Barack Obama explicándole que en su localidad los niños no podían tener agua del grupo ni ducharse sin que les escocieran los ojos debido a la contaminación del agua.
Obama no solo contestó a la carta, sino que visitó la ciudad y dedicó una importante partida de dinero a descontaminar las tuberías de esta zona. Además, Copeny ha fundado ‘Dear Flint Kids Project’, un proyecto para recaudar fondos para ayudar en sus estudios a los niños de su localidad. Todo un ejemplo de cómo, con determinación y un buen uso de nuestra voz, se pueden conseguir grandes cosas.
La idea que defiende Lafci es tan sencilla como revolucionaria: transformar barrios de chabolas en comunidades sostenibles utilizando la tecnología de la impresión en 3D. Su proyecto se llama ‘New Story Charity’ y ya ha creado más de 1.600 hogares en cuatro países. ¿Sus premisas? La vivienda es “un requisito previo para una alta calidad de vida, y un derecho humano”. Y como tal, parece lógico dedicar recursos a lograr que acceder a una vivienda ser asequible para todos.
Los hogares impresos que ha diseñado se pueden adquirir por unos 4.000 dólares e imprimirse en menos de 24 horas, y cumplen con las necesidades constructivas clave frente a desastres naturales. En 2016 entró en la lista “30 de menos de 30” de la revista Forbes, en la que se incluye a jóvenes emprendedores y agentes de cambio en distintos campos.
Nadia Murad es una joven perteneciente a la minoría yazidí que ha sobrevivido a la violencia perpetrada por miembros del autodenominado Estado Islámico (IS). Fue secuestrada y utilizada como esclava sexual en 2014, lo que la llevó a ser violada sistemáticamente y a diario. Lo mismo le ha ocurrido a al menos otras 3.000 mujeres de su comunidad. Por suerte, logró escapar al cabo de tres meses, y desde entonces no ha descansado en su denuncia contra el genocidio sufrido por su pueblo a manos de IS desde agosto de 2014.
Fruto de su importante labor, recibió en Nueva York el premio en la categoría agente de cambio de la Fundación Gates y, poco antes, el Nobel de la Paz. "Mi supervivencia se basa en defender los derechos de las comunidades perseguidas y a las víctimas de violencia sexual. Un solo premio y una sola persona no pueden lograrlo. Necesitamos una respuesta internacional”. Estas fueron sus declaraciones tras recibir el Nobel.
Nuestro quinto ejemplo (podríamos hablar de muchos más) es el de Zuriel Odowole, activista por la educación de las niñas. Oduwole se reunido con los presidentes y primeros ministros de al menos 28 países con el fin de hablar sobre la falta de acceso a la educación de sus niños y niñas, y la importancia que esto supone de cara a su desarrollo. Su labor también consiste en impartir charlas sobre ello (ha hablado frente a más de 26.000 menores de 14 países sobre la importancia de estudiar, poniéndose a ella misma como ejemplo). Sobre todo, insiste en las niñas, y su mensaje es claro: si quieren, pueden.
Con tan solo 10 años (ahora tiene algunos más) se convirtió en la persona más joven mencionada en la revista Forbes, y a los 13 entró en la lista de los 100 africanos más influyentes de News Africa Magazine. Oduwole es cineasta y ha rodado varios largometrajes, así como un documental sobre la revolución en Ghana.