Elayne Stanley, de 44 años y madre de tres hijos, murió después de ser atacada por sus propios perros, de raza mastín, en su casa de Cheshire (Inglaterra). La policía y una ambulancia aérea acudieron a una calle residencial de Widnes poco después de que la hija de la mujer diera la alarma.
Bev Hall, de 39 años, que vive enfrente y ha sido amigo de Elayne durante 22 años, presenció todo el incidente: "Estábamos poniéndonos el té y lo siguiente fue ver a su hija corriendo y gritando mientras pedía ayuda". "La puerta de la sala estaba cerrada y Elayne estaba detrás, así que no pudimos entrar", explica. Antes de dar la voz de alarma, los vecinos dicen que su hija lanzó ladrillos para asustar a los animales.
La policía acudió a la propiedad y descubrió que la mujer estaba en una condición grave. Un agente disparó a uno de los perros después de que éste le atacara y tranquilizó al otro. Lamentablemente, a pesar de todos los esfuerzos de los involucrados, nada se pudo hacer por salvar la vida de Elayne.
El inspector detective Ian Whiley señaló que "entendemos que las personas de la comunidad local se preocuparán cuando escuchen lo que sucedió. Pero me gustaría asegurarles a los residentes que estamos haciendo todo lo posible para establecer las circunstancias completas del suceso".