Olivia, una niña de 18 meses, necesitó cirugía reconstructiva y ha quedado con cicatrices en la cara después de que Harvey, el gran danés de su abuela, le atacara hace tres meses y le arrancara prácticamente toda la oreja derecha. La pequeña se encontraba jugando con su madre en la cocina del domicilio, en Alvin (Texas, EEUU), cuando ocurrió el suceso.
Michelle Eling, de 45 años, era propietaria de Harvey desde hace sólo dos meses. El perro, que fue abatido, atacó a la pequeña "de la nada". La madre de Olivia, Brittany, de 23 años y embarazada de ocho meses, peleó contra el animal para salvar la vida de su hija. Alex, tío de la víctima, consiguió que el perro no metiera la cabeza de la pequeña en su boca. Brittany y su marido, Taylor, de 28 años, tienen otros dos hijos, Mason y Madison.
Olivia permaneció en el hospital durante dos días después del incidente y se sometió a una cirugía de una hora para volver a colocar la punta de su oreja derecha. También tuvo un injerto de piel en la parte superior de la cabeza, pero se quedó con cicatrices permanentes en la cara.
Brittany espera que Olivia no recuerde lo que sucedió, pero apunta que la pequeña es ahora cautelosa con otros perros y que a veces se despierta por la noche agarrándose la oreja.
Michelle dijo que sentía pena por Harvey y culpó a sus anteriores dueños por la forma en que lo habían tratado. "Fue un shock total porque era un perro dulce, se notaba que había sido abusado"”, añadió.