Un niño de tres años ha muerto ahogado tras caer accidentalmente en una piscina en Callosa d'en Sarrià (Alicante). El triste suceso se produjo este miércoles, cuando sobre las 18.30 horas se solicitó, desde el centro de salud de la localidad alicantina, una unidad del SAMU para asisitir al menor, que se encontraba en parada cardiorrespiratoria por ahogamiento.
El personal del centro de salud realizó maniobras de reanimación cardiopulmonar básica al niño hasta la llegada del SAMU, cuyo equipo médico continuó con la reanimación cardiopulmonar avanzada. Los servicios médicos estuvieron intentando salvar al pequeño durante más de una hora pero lamentablemente no hubo respuesta, el niño había fallecido.
Este jueves, otro niño de cuatro años ha tenido que ser atendido tras ser sacado del agua inconsciente y con síntomas de ahogamiento de una piscina de Alboraia. En el aviso al CICU, se indicaba que estaban realizándole la reanimación cardiopulmonar básica. Hasta el lugar se han desplazado una unidad del SAMU y una unidad de SVB.
A la llegada de los servicios médicos, el niño ya estaba consciente y ha sido asistido por síntomas de ahogamiento. Posteriormente, ha sido trasladado a un centro hospitalario de la capital valenciana, en la unidad de Soporte Vital Básico.
No hay que confiarse jamás; ni con bebés ni con menores que lleven manguitos o se desenvuelvan bien, ni, aunque por ley, sean piscinas vigiladas por un socorrista. Nunca hay que dejarles solos. 30 segundos y 6 centímetros de agua son suficientes para que un niño pueda ahogarse, según desvela un informe de Consumer. Una caída, un golpe, un mareo o un resbalón pueden provocar que acaben en el agua, y no precisamente en condiciones para actuar en consecuencia.Por eso, además de la norma 10/20, resultan esenciales una supervisión adulta permanente de los pequeños, hacer turnos para controlarlos tanto dentro como fuera del agua.
Los menores de siete u ocho años deben llevar sistemas de seguridad adicional homologados, ya sean manguitos, flotadores, churros, tablas, burbujas o chalecos salvavidas. La mejor medida de seguridad para las psicinas privadas es el cercado completo y con una puerta con seguro y que se cierre sola.