Tanner Lake Wall era un niño de 13 años que murió el pasado 2 de agosto de 2020 tras contraer la conocida como ameba comecerebros. Según han informado diferentes medios estadounidenses como la cadena de televisión ‘CBS’, el menor se encontraba en un campamento en Florida junto a vario niños. Uno de los días del campamento, el niño acudió a un lago de Florida junto a sus compañeros para bañarse.
Tras esta jornada de baño, el menor comenzó a notar fuertes dolores de cabeza, náuseas, vómitos y rigidez en el cuello. Al ver el estado en el que se encontraba su hijo, los padres de Taner Lake Wall decidieron llevarle hasta el hospital de Gainesville, en Florida. En un principio, en el centro médico le diagnosticaron meningitis. Sin embargo, al ver que los síntomas no remitían y que el estado del niño empeoraba le realizaron otras pruebas médicas y descubrieron que el pequeño había contraído la conocida ameba comecerebros.
Fue entonces cuando los doctores comunicaron el fatal diagnostico a los padres: “Tiene una ameba parásita y no hay cura”. Días después, los profesionales tuvieron que inducir el coma al paciente y ponerle un respirador. Al ver que el estado de su hijo no mejoraría, los padres decidieron retirar el respirador de Tanner Lake Wall el 2 de agosto.
Ha sido ahora cuando los progenitores han querido compartir con los medios estadounidenses esta terrible historia. Los padres del niño de 13 años se han puesto en contacto con las cadenas de televisión, diarios y periódicos para concienciar a la población sobre el peligro de la ameba comecerebros.
La Naeglaria fowleride, conocida como la ameba comecerebros es un parásito que entra en el cuerpo humano por la nariz, cuando la persona se encuentra en agua contaminada por la misma. Normalmente esta se encuentra en aguas dulces cálidas, como lagos, ríos y aguas termales.
La infección puede llevar a contraer una enfermedad denominada meningoencefalitis amebiana primaria (MAP), que en el 97% de los casos es mortal.