Una mujer de Minnesota (EEUU), infectada de coronavirus, falleció sin conocer a su nueva hija, a la que había dado a luz a través de una cesárea de emergencia mientras se encontraba conectada a un respirador artificial en el hospital, según ha informado su familia.
Aurora Chacon Esparza, de 35 años, tenía siete meses de embarazo cuando comenzó a mostrar síntomas de COVID-19 y fue a hacerse la prueba, pero los resultados fueron negativos, apuntó su esposo, Juan Duran, en una página de GoFundMe. Llamó a su médico de atención primaria y le pidieron que se quedara en casa, ya que las pruebas no siempre son precisas.
Sus síntomas empeoraron y el 14 de junio acudió al hospital, donde fue ingresada de inmediato, explica su ahora viudo. Para el 23 de junio, su oxígeno se había desplomado hasta el punto de que se requirió una cesárea para salvar su vida y la del bebé.
Esparza dio a luz a una niña llamada Andrea. "La cesárea no tuvo complicaciones. Mi hija nació a las 30 semanas de gestación, pero afortunadamente le está yendo muy bien", escribió Duran. La mujer llegó inicialmente a mostrar signos de mejoría, pero su condición empeoró el pasado 7 de julio.
Los médicos le dijeron al padre de la pequeña que una solución sería conectarla a una máquina ECMO (oxigenación por membrana extracorpórea), que realiza las funciones del corazón y los pulmones desde fuera del cuerpo. Pero el North Memorial Hospital, donde Esparza estaba siendo tratada, no es un centro con ECMO, y las solicitudes de traslado a otro hospital fueron denegadas.
"Dado que Aurora ha estado en el ventilador más de siete días, la máquina ECMO haría más daño que ayuda, según los proveedores médicos", señaló Duran. Esparza murió este pasado domingo.
"Ella era una mujer sana de 35 años sin condiciones preexistentes. Nunca pensamos que esto podría pasarle a nuestra familia", afirmó Duran, quien añadió que su hija Andrea está progresando bien y ya "puede puede respirar sola".