Mercedes y Peregrina vivían en Vigo pero no se conocían de nada. Ambas esperaban un trasplante y el mismo día recibieron una llamada idéntica. Una conexión especial que las llevó hasta el quirófano del Hospital Universitario de A Coruña, donde entraron juntas para recibir los pulmones de un fallecido.
A Peregrina le donó el derecho y a Mercedes el izquierdo. Además, coincidieron durante la reanimación y en la misma planta. Compartiendo alegrías y dolores y apoyándose en todo. Casualidades muy poco frecuentes que las convirtieron en hermanas de pulmón.
Una experiencia que las ha hecho conscientes de la importancia de las donaciones de órganos. Cómo no, ahora realizan la recuperación codo con codo y ya están pensando en quedar para ir juntas… ¡a la discoteca! Lo que saben seguro es que cada 25 de agosto, el día del trasplante, celebrarán su particular cumpleaños unidas de por vida.