La muerte de un hijo o hija a manos de un progenitor es difícil de comprender. Olivia y Anna –cuyo cuerpo aún se busca en el fondo del mar- son las víctimas menores de edad número 40 y 41 de la violencia machista. Desde 2013, un total de 39 menores han sido asesinados en España en un episodio de violencia de machista.
Muchos padres ven en la violencia hacia los hijos la mejor forma de hacer daños a sus parejas o exparejas. A nadie se le olvida el caso de José Bretón, que mató a sus hijos, se seis y ocho años, y se deshizo de los cuerpos en una hoguera en una finca de su propiedad en Córdoba. Corría el año 2011.
Se tardaron años en determinar que los restos de huesos que quedaban en la hoguera eran de los niños. Inicialmente, los científicos creyeron que eran de animales.
El caso de Olivia y Anna lamentablemente recuerda al de los niños de Córdoba. La muerte de niños a manos de sus padres se repite cada año. En lo que llevamos de 2021, según los datos del Ministerio de Igualdad, dos menores han muerto a manos de sus padres consecuencia de la violencia de género. Las niñas de Tenerife suman dos víctimas mortales más de la sinrazón.
En año anterior, según el Gobierno, otros tres menores fueron víctimas mortales de la violencia machista contra sus madres. En total, desde que se contabilizan estas cifras en nuestro país, desde 2013 ha habido 39 menores asesinados por esta lacra. En la mayoría de los casos, los hijos mueren junto a las madres. Pocas veces suceden crímenes como el de Bretón o Gimeno, en el que los progenitores se llevan a los niños con un plan trazado.
El asesinato de un hijo es la peor cara de la violencia de género. Tomás Gimeno le había dicho a su expareja Beatriz que no volvería a ver a sus hijas. Ella siempre ha pensado que se las había llevado lejos y que la maniobra de la lancha había sido solo para despistar. Hoy no encuentra consuelo.
En muchos casos de asesinatos de menores a manos de sus padres, estos no soportan que su expareja rehaga su vida.
Según algunos amigos de Tomás Gimeno, él no quería que sus hijas estuvieran con otro hombre, la actual pareja de Beatriz. Una vez más el ser humano saca lo peor de sí mismo para vengarse, aunque sea acabando con la vida de sus propios hijos.
Itziar Prats, que perdió a sus hijas Nerea y Martina, de seis y dos años, acuchilladas por su padre en 2018, ya lo dijo muy claro: "Quien asesina a sus hijas y se suicida es un cobarde".