Roger Clarke, de 72 años, y su esposa Sue, de 71, son un matrimonio que se enfrenta a 12 años de cárcel después de ser arrestados a finales del pasado año trasportando cocaína valorada en alrededor de un millón cien mil euros durante un crucero.
Los cargos contra el matrimonio se han presentado ahora después de que los fiscales hayan admitido que no han podido identificar a los narcotraficantes que ‘reclutaron’ a la pareja. “A pesar de todas las investigaciones realizadas para tratar de identificar a las personas que se cree que los han reclutado para transportar la cocaína, no ha sido posible descubrir las identidades completas de estas personas ni determinar su paradero", apuntan.
"Los sospechosos actuaron juntos con el propósito específico de recibir y llevar consigo la cocaína y el objetivo de entregarla a un tercero a cambio de dinero", señala la acusación. "Eran conscientes de las características, la naturaleza y la cantidad de la mercancía. La pareja, actuando libremente, voluntaria y conscientemente, unió fuerzas y combinó esfuerzos sabiendo que el transporte y la comercialización de cocaína están prohibidos y punibles por ley", añade la declaración.
Roger, exconductor de camión y Sue, secretaria jubilada de Northampton, fueron detenidos en Lisboa el 4 de diciembre del pasado año después de que su barco, con destino a Reino Unido, atracara desde las Bahamas. La policía informó de que ambos iban a ser detenidos cuando su crucero llegara a Funchal, capital de Madeira, en su primera parada europea desde el Caribe, pero que tuvieron que retrasar el arresto hasta llegar a Lisboa debido al mal tiempo, por lo que se suprimió la parada en Funchal.
Se ha informado de que la policía portuguesa actuó en aviso de la policía británica. La incursión se desarrolló en la penúltima parada del crucero transatlántico Marco Polo, con un precio de 36.000 euros por persona. La pareja había estado viviendo en España hasta el suceso. Además de la cocaína, la acusación muestra que la policía confiscó un teléfono Samsung con una tarjeta SIM, un iPad y un diario de tapa dura 2018 con "notas escritas a mano y tres pedazos pequeños de papel con nombres y contactos".
Ahora se espera que la pareja británica, vecinos de Saint Mary Cray, cerca de Bromley, en el sudeste de Londres, permanezca en prisión mientras esperan su juicio. Los fiscales afirman que la evidencia en su contra es "extremadamente fuerte". Una noticia que demuestra que la delincuencia no entiende de edades.