Fueron emboscados en el estado fronterizo de Sonora, en México, cuando se hallaban en el camino a un aniversario de bodas. Diecisiete miembros pertenecientes a las familias LeBaron y Langford se vieron sorprendidos por el cártel que controlaba la zona. Tres madres y seis de sus hijos, todos ellos ciudadanos estadounidenses pertenecientes a la comunidad mormona, fueron acribillados sin piedad. Los miembros del cártel abrieron fuego indiscriminadamente contra adultos y niños, algunos de ellos de apenas meses de edad.
En el escenario del horror, según recoge Daily Mail citando al relato de los familiares que salvaron la vida, los asesinos llegaron a disparar a un niño mientras éste corría desesperadamente para huir. Después, quemaron el vehículo en el que sus familiares se encontraban atrapados. Fue una masacre. Sin escrúpulos, una de las tres madres fue abatida cuando, con las manos en alto, rendida al dolor y el pánico, clamaba piedad. Los asesinos la respondieron con un tiro en el pecho que acabó con su vida.
Rhonita LeBaron fue asesinada junto a sus dos bebés, gemelos de seis meses de edad, y otros dos hijos. Murió en la explosión de aquel coche después de que los miembros del cártel lo incendiasen.
Christina Langford, de 29 años, también murió en el lugar, a apenas 12 kilómetros de donde masacraron a los LeBaron. Lo hizo salvando a su bebé de tan solo siete meses, al que lanzó al suelo del vehículo SUV en el que viajaban, y el cual estaba siendo agujereado a balazos. Le protegió con su vida y milagrosamente, el bebé, de nombre Faith (fe, en castellano), sobrevivió a la terrible emboscada. Según informa Daily Mail, fue localizado tras el terrible suceso en ese mismo lugar. No fue alcanzado por las balas.
Por su parte, Dawna Ray Langford, de 43 años, también fue asesinada en otro vehículo SUV junto a dos de sus hijos, Trevor y Rogan, de 11 y 3 años respectivamente. Afortunadamente, otros siete niños escaparon.
Según el relato de la familia, publicado en Facebook, uno de los pequeños, tras presenciar cómo acababan con la vida de su madre, consiguió huir y llevó consigo a sus hermanos heridos, a los que escondió en unos arbustos antes de marcharse para pedir ayuda.
Por ahora, se desconocen los motivos por los cuales el cártel perpetró la masacre, y la familia teme que incluso hayan podido violar a algunas de las víctimas antes de matarlas. Según las primeras hipótesis, la motivación de la emboscada podría haber sido porque los asesinos les hubiesen confundido con rivales o bien por un intento de secuestro.
Lo que sí se conoce es que la familia LeBaron ya sufrió hace tiempo, –en 2009–, el asesinato de Benjamin Lebaron, el cual, precisamente, era fundador de un grupo de lucha contra el crimen denominado ‘SOS Chihuahua’. Además, Julian LeBaron, otro miembro de la familia, es actualmente un conocido activista en la zona. Por eso tampoco se decarta la venganza como móvil de la masacre.