Mansur, okupa del edificio incendiado en Badalona: "Parece que no haya humanos en este mundo"

  • Servicios Sociales y Cruz Roja les prestaban atención

  • La pandemia ha complicado la supervivencias de estos migrantes

  • El continuo trasiego de migrantes generó problemas vecinales

La nave abandonada y ockupada por migrantes sin recursos que ha ardido en Badalona era una bomba de relojería que todo el mundo conocía pero que nadie denunció. La tragedia ocurrida este jueves se ha cobrado la vida de al menos tres personas y ha disparado todas las alarmas sobre edificios similares en la localidad barcelonesa.

Es la historia de una tragedia augurada que ha golpeado duramente a un colectivo doblemente vulnerable, que subsistía, en su mayoría sin papeles, recogiendo chatarra de la basura de Badalona (Barcelona) para poderla vender a cuatro duros.

"Aquí nadie viene a ayudarnos. No tenemos derechos, necesitamos buscarnos la vida", asegura a Efe Mina, una de las mujeres que residía en la nave incendiada del barro del Gorg, ocupada desde hace años por decenas de inmigrantes sin otro techo al que acudir.

"Ni siquiera nos han preguntado si necesitábamos mascarillas en plena pandemia", ha lamentado.

A escasos metros de ella, Mansur, también subsahariano, vivió durante diez años en la nave, apuntala sus palabras: "A veces parece que no haya humanos en este mundo. No teníamos ni agua".

En un estado de extrema pobreza, los migrantes que ocupaban la nave siniestrada estaban organizados y malvivían recogiendo chatarra y muebles viejos, y aunque los servicios sociales del Ayuntamiento y la Cruz Roja les prestaban soporte sanitario, la irrupción de la pandemia ha agravado su situación.

Al escaso apoyo se han sumado en los últimos tiempos algunos conflictos vecinales, cuya raíz las entidades sociales sitúan en un grupo de ocupantes "oscilante" que iba y venía y que ha generado más de un "problema de convivencia".

"Con esta situación de precariedad, es normal que pueda surgir un conflicto u otro, pero hasta hace poco no había problemas, aunque ahora parece que sí los había con los vecinos", explica a las puertas de la nave Angelina Lecha, de Stop MareMortum y Badalona Acull, que ha visitado la finca en varias ocasiones, la última el pasado verano.

Los vecinos estaban convencidos de que esta ha sido una tragedia anunciada. Así lo ve Agustina Belda, vicepresidenta de la asociación de Vecinos Gorg-Mar que ha señalado que era algo que se veía venir por el gran número de personas que vivían en su interior de forma precaria.

Belda, que hoy ha acudido a presenciar al comienzo de los trabajos de derribo de la nave, ha asegurado que en los últimos diez años los vecinos habían venido denunciando los riesgos que existían y "que podía pasar una desgracia", como finalmente ha ocurrido.

Si antes del coronavirus los ocupantes podían ir de aquí para allá a base de trapicheos, la pandemia y el confinamiento han desmontado por completo su "modus vivendi", tal como señala el portavoz de la plataforma Sant Roc Som Badalona, Carles Sagués, quien asegura, por otro lado, que la nave contaba con todos los ingredientes para que se produjera una desgracia.

"Todo el mundo sabía que algo así podía suceder, pero nadie ha hecho nada. Lo mejor que ha hecho la administración hasta ahora es mirar hacia otro lado", recalca a Efe.

La versión del consistorio no es exactamente la misma: aunque reconocen que el edificio estaba ocupado desde hacía tiempo, garantizan que tenían el problema "localizado" y que se estaba "actuando a nivel social, policial y urbanístico" aunque no fuera posible acceder al interior.

De hecho, diez minutos antes del incendio, la Guardia Urbana y la Policía Nacional habían concluido un operativo -uno de tantos- de control perimetral de la zona y ya se había abierto un proceso administrativo de sanción urbanística a los propietarios.

"Cada dos por tres venía la policía a hacer controles pero no podían hacer nada porque legalmente no es fácil. Había quedado en punto muerto", agrega Arnau, el farmacéutico de la misma calle, a quien no se le escapa apostillar: "Esto se veía venir. Había mucha aglomeración de gente".

Pero no todos los vecinos parecen convencidos con la forma cómo se venía gestionando la situación y desde varias esquinas resuenan una y otra vez los mismos cuchicheos, comentarios que no dejan duda del efecto que ha producido sobre los habitantes de esta zona, de marcado carácter industrial, el desfile de políticos y personalidades que se han acercado al barrio en las últimas horas.

"Ahora que ha pasado esto vienen todos a preocuparse", comentan los vecinos.

Una de estas visitas es la del líder del PP, Pablo Casado que ha viajado de nuevo Cataluña este viernes para apoyar al Partido Popular catalán que lidera Alejandro Fernández. Se trata de la sexta semana consecutiva que visita esta comunidad y en esta ocasión ha aprovechado para desplazase a la zona afectada por el incendio.

Antes de que se conozcan las causas de esta tragedia, el alcalde de Badalona, el popular Xavier García Albiol, ha cuestionado que el incendio lo provocase una vela: "Yo apostaría por un problema con el cableado, que tenían pinchado, de la luz", pero ha añadido que serán los Bomberos de la Generalitat y los Mossos d'Esquadra quienes deben averiguarlo.

Ha negado que el consistorio cortase el agua de la nave industrial ocupada: "Si alguien lo ha cortado, no sé quién ha sido, pero el Ayuntamiento en ningún momento ha dado la instrucción; entre otras cuestiones, porque eso es una propiedad privada y el Ayuntamiento no puede decir que se le corte o no el agua".

"Los ayuntamientos tenemos que tener capacidad de poder actuar" en estas situaciones, ha reclamado, y ha pedido que los consistorios tengan competencias para poder entrar en este tipo de espacios ocupados para aplicar medidas sanitarias, de servicios sociales, de seguridad y de dignidad de las condiciones de vida, en sus palabras.

Por el momento, los agentes de la policía científica de los Mossos d'Esquadra han logrado identificado los cadáveres de dos de las tres víctimas mortales. Se trata de dos hombres de 48 y 58 años, ha explicado el cuerpo policial.

Los Mossos han afirmado que los agentes siguen trabajando para identificar al tercer cuerpo que los Bomberos de la Generalitat sacaron de la nave tras el incendio.