El pasado lunes una mujer de 71 años y su hijo de 27, fallecieron al precipitarse por la pasarela de un puente en la carretera N-120 en la ciudad de Ourense, cerca de la estación de autobuses. Ambos llegaron desde Barcelona a la ciudad gallega tratando de huir de amenazas familiares, según han indicado fuentes de la investigación.
El día 1 de agosto, según fuentes de la Subdelegación del Gobierno, las víctimas llamaron a sus familiares residentes en Ourense comunicándoles que, tras una discusión, el marido y padre de la víctima los había echado de su casa en Barcelona.
Fueron los Servicios Sociales de Barcelona los que le proporcionaron ayuda para adquirir el billete de avión que al día siguiente los dejaría en Santiago de Compostela. Alrededor de las 23:00 horas del día 2 de agosto, las víctimas vuelven a llamar a sus familiares de Ourense y le comunican su intención de ir a verlos al día siguiente. La familia le muestra su rechazo a acogerlos.
El día 3 de agosto, sobre las 13.00 horas, según las mismas fuentes, ambos se ponen en contacto de nuevo con la abuela residente en Ourense --madre del marido de la fallecida-- y le dicen que quieren despedirse antes de tirarse a las vías del tren en Santiago.
Alertados por la situación de peligro, uno de los familiares llama al 112 y le comunica dichas manifestaciones. Los Servicios de Emergencia activan el protocolo correspondiente y Adif pone en marcha un control de tráfico ferroviario.
Acto seguido, la Policía logra contactar con el joven de 27 años que le comunica que en esos momentos ambos se encuentran ya en Ourense.
Sobre las 15.00 horas, del mismo día, las víctimas ya habían contactado en la ciudad de As Burgas con la Policía Local y los Servicios Sociales para referirle la situación de amenazas que vivían en Barcelona.
Ante dichas manifestaciones la Policía Local le ofrece la posibilidad de poner una denuncia como un posible caso de violencia de género. Ellos se niegan a hacerlo y le transmiten que, en todo caso, lo harán a su vuelta en Barcelona.
Los mismos efectivos locales le ofrecen la posibilidad de pernoctar en un albergue o en una casa de acogida de víctimas de violencia machista, algo que también rechazan.
Ambos buscan un hostal en la ciudad en el que se alojan hasta el pasado lunes, día 5 de agosto, en que sucedieron los hechos.
Los propietarios del alojamiento han trasladado que no observaron ningún comportamiento anormal a la hora de realizar el pago de la habitación ni en ningún otro momento.
Alrededor de las 12.00 horas de ese mismo día contactaron de nuevo, vía telefónica, con la Policía Local pero todavía se desconocen los términos de esa conversación. Aproximadamente una hora después, ambos se precipitaron desde la pasarela.
Los efectivos policiales ya han "descartado la intervención de terceras personas que pudieran provocar esas caídas". Ambas víctimas dejaron sus pertenencias apoyadas en la barandilla y, según testigos presenciales, en primer lugar se arrojó el hijo y, acto seguido, la madre.
Según han podido saber fuentes de la Subdelegación del Gobierno, después de ponerse en contacto con la Policía Local de Barcelona no figuraba ninguna denuncia por violencia de género en la Ciudad Condal.
También se ha podido conocer que ambos tenían dinero suficiente para volverse a Barcelona, ya fuera en tren o en autobús.
En estos momentos la investigación continúa abierta a la espera de concretar si a los Servicios Sociales de Barcelona les consta alguna cuestión relevante de ámbito íntimo relativa a los problemas que ambos pudieran padecer.