Entre insultos y gritos, a las puertas de la Audiencia de Lugo, la madre de la pequeña Desirée ha entrado al juicio. Está acusada de haber asesinado a su propia hija, de siete años, en la localidad de Muimenta, Lugo.
Ella, Ana Sandamil, es la única acusada del asesinado de la pequeña Desi. Se cree que ahogó a la niña después de envenenarla con un fármaco. Así lo sostiene la fiscalía, quien tiene claras las pruebas: la mujer drogó y estranguló a la niña "con suma violencia" en su casa de Cospeito. Algo que la acusada no reconoce: "No era consciente, me parecía todo una película. No recuerdo hacerle nada a mi niña", ha sostenido ante el juez.
Su defensa se aferra a un diagnóstico de trastorno psicótico, pero la fiscal le recuerda que buscó en internet información sobre veneno cinco días antes del crimen. "Aparece 'intoxicación de niños con estricnina'. ¿Se informó usted así?, le ha preguntado. A lo que ella ha respondido: "Yo nunca intoxicaría a mi hija, era lo que más quería en el mundo".
La abuela de la pequeña ha tratado de justificar el presunto brote psicótico de su hija. "Le dije: '¡Mataste a Desi!", tras lo que ha recordado cómo esta le dijo "yo no fui". Asimismo, la acusada ha afirmado que el fármaco que usó era para suicidarse y no para la niña. Pero las pruebas apuntan a que la madre drogó a la niña, que no llegó a dormirse del todo, y se defendió hasta morir asfixiada.
"Mi niña brutalmente asesinado, sufriendo mucho con solo siete añitos, intentando defenderse todo lo que pudo", ha pronunciado el padre de la pequeña, José Manuel Leal, quien se ha mostrado muy afectado durante toda la sesión. Tanto Fiscalía, como las acusaciones piden para ella la prisión permanente revisable.