Los vecinos de Bascuas, en Vila de Cruces, Pontevedra han vivido una experiencia que les ha unido como nunca. Lola, la vaca preñada llevaba desde el viernes en una zona encajonada del río Deza. Días agónicos en una zona de difícil acceso. Finalmente fue liberada este martes, en torno a las 16.30 horas. Salió atada por una cuerda, de la mano de su dueña. Previamente, por la mañana ya había quedado allanado el camino de acceso. Su caso ha logrado lo que pocos. Unir a todo un pueblo. Desde jóvenes hasta mayores, todos al pie del cañón, día y noche, durmiendo con la vaca.
El drama había empezado cuando Lola se escapó del establo junto a otras dos vacas y las tres terminaron en el río. Se resbalaron y cayeron al agua. Les llevaron paja trataron de hacerlas entrar en calor. Dos de ellas lograron salir pero no Lola, cansada, agotada y resfriada. La noche gélida le provocó una neumonía. Atrapada, con fiebre y preñada de 7 meses. Dos palas movilizadas por el Concello estuvieron allanando la zona para intentar rescatarla. Sus dueños incluso tuvieron que pasar estas noches con ella y con la radio puesta.
Estaba asustada y débil, demasiado para subir la pendiente. El terreno era complicado para mover las piedras. Lo imposible se hacia realidad gracias a las excavadoras. Lola salía por su propio pie acampañada de su dueña y entre aplausos de todo un pueblo. Tras cinco días a la intemperie.