Lágrimas, velas, flores y mensajes recuerdan a Mariona en la puerta del establecimiento donde fue asesinada. La muerte de esta joven, de 17 años, ha dejado rabia y dolor en el barrio de Sant Antoni de Barcelona.
Desde las entidades del barrio, según recoge 'El Caso', se ha pedido “continuar siendo un barrio inclusivo, donde ni el odio, ni ningún tipo de violencia son bienvenidos”.
Entre la rabia y la indignación por la muerte de la joven, los vecinos no pueden entender cómo Isaac, el dueño del establecimiento, actuó así. "Solo puedo pensar que se volvió loco", señala el responsable de uno de los negocios más próximos al local donde encontraron el cuerpo sin vida de la menor, en declaraciones al diario 'El Caso'.
Los Mossos d'Esquadra descartan, como hipótesis en el inicio de la investigación, que el homicidio de Mariona sea un caso de violencia de género, ha informado a Europa Press la policía catalana.
Los Mossos arrestaron el mismo martes por la tarde a un hombre por su presunta relación con la muerte de la joven, después de que la Guardia Urbana le localizara e identificara "muy cerca del lugar de los hechos", informó la policía catalana en un comunicado.
Fuentes conocedoras del caso han informado que la Urbana localizó al sospechoso, responsable del bar, en la calle Hospital del barrio del Raval manchado de sangre, poco después de que los Mossos hallaran el cadáver de la menor sobre las 15.40 horas en el establecimiento de la avenida Mistral número 69.
Según las mismas fuentes, el novio de la joven llamó al 112 y explicó que se había discutido con ella en la calle y que otro hombre la cogió y la retuvo dentro del bar, de donde el individuo salió corriendo después.
Los agentes que se dirigieron al establecimiento observaron sangre y encontraron a la menor con una herida profunda en el cuello y, poco después, arrestaron al sospechoso del homicidio con la colaboración de la Guardia Urbana, y actualmente los investigadores tratan de determinar qué relación tiene el responsable del bar con la víctima.
Según indicaron a Europa Press comerciantes del barrio, los hechos sucedieron dentro de una cafetería que llevaba pocos meses abierta pero que desde hacía dos días no tenía actividad y estaba cerrada. Según testigos explicaron a Europa Press, un hombre salió el martes por la tarde de un panadería de enfrente exclamando "la han matado" y los agentes lo interceptaron.
Ante la puerta del negocio, que fue acordonado, se apostaron unos ocho mossos, protegiendo la puerta, mientras que los investigadores estaban recabando pruebas en el interior. Uno de ellos trajo consigo una cizalla que posteriormente sacó del bar envuelta en un plástico, según pudo comprobar Europa Press.