El jueves, el Ángeles Alvariño localizó el cuerpo sin vida de Olivia, a mil metros de profundidad en la zona de búsqueda frente al Puertito de Güímar, donde se perdió la geolocalización del teléfono móvil del padre de Anna y Olivia. Dos días después, en un auto, la jueza a cargo del caso de las niñas desaparecidas en Tenerife considera que "la hipótesis fáctica más probable respecto a Anna es, desgraciadamente, la misma" que la de su hermana mayor.
Cabe recordar que Olivia, de seis años, fue hallada sin vida dentro de una bolsa de deporte atada a un ancla, según confirmaron sus huellas dactilares y, tras llevar a cabo la preautopsia, los resultados preliminares determinan que la muerte de la niña se debió a un edema pulmonar.
En el auto dictado por la magistrada titular del Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción número 3 de Güimar al que ha tenido acceso Informativos Telecinco, se detalla que Tomás Gimeno presuntamente habría dado muerte a las niñas en su finca de Igueste de Candelaria y, posteriormente, arrojado sus cuerpos al mar en un plan preconcebido que tenía como fin provocar a su expareja el mayor dolor que pudiera imaginar. "De manera deliberada quiso colocar (a su expareja) en la incertidumbre acerca de la suerte o destino que habían sufrido en sus manos Olivia y Anna", afirma.
Asimismo, manifiesta que desde la ruptura de la relación con Beatriz Zimmermann, hace aproximadamente un año, Tomás Gimeno mantuvo de forma constante “un trato vejatorio y denigrante, dirigiéndole a diario comentarios descalificativos, ofensivos y ultrajantes, en particular enfocados a menospreciarla por haber rehecho su vida con una nueva pareja”. De hecho, sobre esta última, añade, llegó a manifestar “de forma reiterada que no toleraba que compartiera momentos con sus hijas”.
En el auto se pide la orden internacional para la detención de Tomás Gimeno por la presunta comisión de dos delitos agravados de homicidio y uno contra la integridad moral en el ámbito de la violencia de género.
El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ha comunicado el sábado que la autoridad judicial ha dejado sin vigencia la primera orden internacional dictada, después de que el pasado jueves fuese hallado el cuerpo sin vida de Olivia, de 6 años, quien había desaparecido junto a su padre y su hermana Anna, de 1 año, el pasado 27 de abril y a quienes continían buscando.
Igualmente la juez instructora del caso ha declarado la pérdida de competencia del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Güímar en favor del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Santa Cruz de Tenerife, donde tiene su domicilio la madre de las niñas.
Por otro lado, en la búsqueda que el buque oceanográfico Ángeles Alvariño del Instituto Español de Oceanografía (IEO) mantiene en el mar, se ha informado de que ha regresado el sábado al puerto de la capital tinerfeña por primera vez en trece días a causa de una avería en el equipamiento, según la Guardia Civil, y para proceder al avituallamiento y relevo de la tripulación, según otras fuentes conocedoras de la investigación.
Es la primera vez que este barco se utiliza para localizar personas y en este caso se desplazó a Tenerife desde su base en Vigo para ayudar en la búsqueda de Tomás y sus dos hijas, rastreo que iba a finalizar esta semana y que se decidió prolongar después de que el lunes se hallasen sumergidos una botella de submarinismo y un edredón pertenecientes a Tomás Gimeno.
Este viernes en todo el país se vivieron muestras de dolor y de apoyo a la familia por parte de instituciones y entidades sociales que culminaron con convocatorias del movimiento feminista, que tuvieron una participación masiva, para denunciar las consecuencias de la violencia machista y, específicamente, la violencia vicaria que se ejerce contra los niños por parte de los agresores.