Se dedicaban a tender emboscadas a homosexuales con el fin de humillarles y bajo la excusa de frenar la pederastia. Se sientan en el banquillo los detenidos por el “Proyecto pilla-pilla”, que imitaban a un grupo homófobo de origen ruso llamado “Occupy Pedophilia”. En el juicio declararán tres afectados.
Los hechos ocurrieron en 2013 en les Franqueses del Vallès y en Granollers, Barcelona. Los integrantes del grupo se hacían pasar por un menor de edad y en un chat de contactos conversaban con un adulto. Concertaban una cita con el objetivo de mantener relaciones sexuales y en el momento del encuentro aparecían entre 10 y 20 personas para abordar y humillar a la víctima. Grababan a los afectados y les obligaban a identificarse ante la cámara. Posteriormente, publicaban los vídeos en redes sociales, llegando a difundirse a más de 50.000 usuarios.
El principal “problema” de su defensa es que en los vídeos publicados, el supuesto menor asegura tener 16 años, una edad a la que las relaciones sexuales están permitidas siempre que haya consentimiento. La edad mínima legal se cambió, y cuando tuvieron lugar los hechos, estaba en los 13 años. Por ello, las víctimas no estaban cometiendo ningún delito de pederastia. Además, adoptaron un saludo que coincide con el de algunos grupos neonazis que se organizan para “cazar homosexuales”.
Su líder, un joven ucraniano llamado Mikola Zatkalnitsy, se enfrenta a 21 años de prisión, al igual que su más estrecho colaborador, el que grababa las imágenes. Para los otros tres integrantes piden penas de 15, 6 y 2 años. Se les acusa de pertenecer a un grupo neonazi cuyo pretexto era neutralizar a pederastas, pero según la Fiscalía y la acusación, solo pretendían humillar y vejar a homosexuales. El fiscal les acusa de tres delitos contra la integridad moral y otros tres contra la intimidad, con los agravantes de abuso de superioridad y de discriminación por motivos de orientación sexual. También pide indemnizaciones conjuntas de 31.000 euros para cada una de las tres víctimas: 6.000 por un delito contra la integridad moral y 25.000 por los perjuicios morales derivados de la difusión de las imágenes.