La imagen del descuartizador de Valdemoro ha sorprendido a propios extraños. Con su cara afable, sus gafas, su pelo cortado... se asemeja más al perfil que dan muchos de sus amigos cuando dicen que era una gran persona bastante manejable y menos al perfil del joven con una máscara para ejercer el sadomasoquismo que le gustaba. El detenido, conocido en los medios como 'el carnicero tatuador', era aficionado a los tatuajes, el sadomasoquismo, las películas de terror y de ideología nazi pero cuando se le ha visto abandonar la casa nadie lo diría.
Lo primero que sorprendió en el primer día del juicio contra Ana Julia fue su nuevo look más sobrio. Sin gafas, con el pelo liso en vez de rizado, y con un traje de chaqueta y pantalones blancos, se presentó ante la justicia con en un estilo muy distinto al que nos tenía acostumbrados durante la búsqueda de Gabriel. No le valió para cambiar la opinión del jurado que la condenó a prisión permanente revisable.
El presunto asesino de los tirantes también sorprendió a todos con un nuevo look en el que estaba lejos del antisistema del que se tenía constancia. Ahora con el pelo peinado a raya y vestido con camisa y pantalón parece otra persona. En el juicio ha pedido perdón a la familia de Víctor, el hombre fallecido tras recibir un golpe que le rompió el cráneo y ser pateado en el suelo.
"Cuando le vi entrar no le reconocí, pensaba que era el ayudante del abogado. Parecía el yerno perfecto", comentaba el hermano de la víctima sobre el sorprendente cambio de imagen del acusado.
El Tribunal Supremo rebajó las penas a los ocho acusados por la agresión a dos guardias civiles en Alsasua al no aplicar la agravante de discriminación, ni la de abuso de superioridad en el caso del delito de atentado a la autoridad, así como a la supresión a dos acusados de alguno de los delitos de lesiones por falta de pruebas. Ellos también cambiaron notablemente de look en el juicio.