El futbolista sevillano José Antonio Reyes murió por un “reventón del neumático trasero” y la “excesiva velocidad de circulación”, superior a los 187 kilómetros por hora, es decir, 67 kilómetros por hora por encima del límite permitido en la vía por la que circulaba en el momento del siniestro; el tramo de la autovía A-376 donde el pasado 1 de junio de 2019 perdió la vida junto a otro familiar que iba con él en el coche. Además, un tercer ocupante, sufrió heridas graves.
El Mercedes Benz modelo S 550 con el que circulaban sufrió una salida parcial de la vía por el margen izquierdo, contactó con una barrera metálica de protección y, después de una maniobra evasiva, volvió a salirse de la vía por la derecha, donde chocó contra una cuneta vierteaguas, una valla metálica de protección de la autovía y una valla de cerramiento de una finca particular. Tras ello, el vehículo volcó en sucesivas ocasiones por un camino terrizo hasta quedar en la posición donde, finalmente, se produjo la ignición y el incendio del coche.
Así lo recogen los informes llevados a cabo por la Guardia Civil y el documento pericial desarrollado por el Departamento de Investigación y Reconstrucción de Accidentes de Tráfico de la Escuela de Tráfico de la Guardia Civil, que detallan, además, que el vehículo había sido reparado de la fisura de una llanta, lo que habría provocado la pérdida de presión en el neumático reventado.
Concretamente, explican: "El calor que se genera en los neumáticos durante el rodaje es proporcional a la velocidad de desplazamiento y si un vehículo rueda a velocidad elevada durante mucho tiempo con sobrecarga o presión de inflado inferior a la descrita con elevadas temperaturas climatológicas aumenta su temperatura, lo que provoca una alteración del neumático y hace que la cubierta sea muy sensible a la rotura o al estallido".
Tras el reventón, el vehículo chocó con la valla a una velocidad que, estiman, había de ser superior a 187 kilómetros por hora. La vía donde se produjo el accidente, subraya el informe, presentaba un “buen estado de conservación y señalización, con limitación de velocidad genérica de la calzada a 120 kilómetros en un tramo recto de doble calzada".
Con todo ello, el Ministerio Fiscal concluye que José Antonio Reyes, como conductor del vehículo, incurrió en una "infracción de las mínimas y elementales precauciones e infracción grave de las normas de circulación, infringiendo gravemente los deberes normativos de cuidado de la Ley de Tráfico que afectan a las condiciones esenciales de seguridad vial".
Así, la Fiscalía aprecia indicios de un delito de homicidio con imprudencia grave y un delito de lesiones por imprudencia grave, pues además de morir el famoso futbolista, murió el viajero del asiento trasero, Jonathan Reyes Reyes, y resultó herido grave el copiloto, Juan Manuel Calderón González.
En este contexto, y ante la imposibilidad de continuar con el ejercicio de la acción penal "al fallecer el responsable penal del siniestro", la Fiscalía de Seguridad Vial ha instado al Juzgado de Instrucción número dos de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) a que archive las diligencias relativas al accidente de tráfico.