El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha asistido este martes, acompañado por las ministras de Educación, Pilar Alegría, y de Ciencia, Diana Morant, a la presentación de un exoesqueleto que permite a Jorge, que hoy mismo ha cumplido 12 años, moverse e incluso jugar con sus compañeros. No es el primer niño que ha logrado sonreír gracias a exoesqueletos.
Desde que se presentase el primer prototipo de exoesqueleto pediátrico hasta ahora han pasado 8 años de ingenio y dificultades de financiación; de empeño de investigadores del CSIC y la Universidad Politécnica de Madrid, entre otros. El ingenio español tiene diez articulaciones que interpretan la intención de movimientos de la persona y responden en cada paso. Se puede generar un patrón de marcha para cada paciente, y realizar terapia muscular integral.
No cabe de duda de que se trata de un gran avance con el que este niño de Torrelodones (Madrid), que sufre una parálisis cerebral de origen desconocido en el área motora, puede ponerse en pie. Sánchez ha dialogado con algunos de los menores y especialmente con Jorge, al que ha hecho un regalo. Este exoesqueleto pediátrico ayudará en el mundo a 17 millones de niños y niñas con problemas neurológicos.
"La perspectiva del mundo cambiaba al estar en una posición de pie", explica Eva, madre de Jorge, quien no ha podido tener mejor recibimiento al llegar a clase, entre aplausos, por parte de sus amigos.
Elena García Armada, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), afirma que se trata de "un robot que se acopla a las piernas y al tronco y que le aporta la fuerza necesaria para ponerse de pie y dar los pasos", añadiendo que "es la primera solución pediátrica que permite al niño moverse espacialmente".
Jorge gana fuerza, gana destreza y gana optimismo con la sonrisa que le da su nueva mirada al mundo. "Ha sido impresionante", reconoce José María, su padre, mientras que Eva destaca el "subidón de autoestima" para un pequeño que es "un gran dependiente".