Investigan la violación a una joven de 18 años en el botellón de la Universidad Autónoma de Barcelona
La agresión sexual habría ocurrido en la Universitat Autònoma de Barcelona, en Cerdanyola del Vallès (Barcelona)
Se ha activado el protocolo de atención a la víctima, que incluye seguimiento, acompañamiento y asesoramiento
Al botellón acudieron unas 8.000 personas y la universidad
Los Mossos d'Esquadra investigan una presunta agresión sexual a una mujer en el botellón celebrado entre el viernes por la noche y el sábado de madrugada en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), en Cerdanyola del Vallès (Barcelona).
La víctima del suceso, avanzado por el digital Elsumari y confirmado a Efe por los Mossos, es una joven de 18 años, quien dice haber sufrido una agresión sexual por parte de un desconocido.
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La joven ha acudido al hospital Parc Taulí de Sabadell (Barcelona), donde ha pasado una revisión médica y, posteriormente, ha presentado la correspondiente denuncia.
Se ha activado el protocolo de atención a la víctima, que incluye seguimiento, acompañamiento y asesoramiento, ha informado fuentes de la policía catalana este domingo a Europa Press.
Macrofiesta en la UAB
Al botellón acudieron unas 8.000 personas y la universidad ha asegurado en un comunicado que el hecho de ser un Campus abierto y con muchos puntos de accesos hizo "imposible" impedir la concentración.
Según ha explicado el rector de la universidad, Javier Lafuente, en declaraciones a 'Rac1' recogidas por Europa Press, desde las 6.00 de la madrugada están trabajando los equipos de limpieza, a los que aún "les quedan horas" por delante, y no será hasta el lunes que se conocerán los costes definitivos de los desperfectos, que asegura han sido menores.
Ante esta situación, ha remarcado que la universidad estudiará acciones para evitar futuros botellones en el campus, un espacio con muchos accesos abiertos "imposibles de controlar".
Se convocó a través de las redes sociales
El rector ha explicado que en la tarde de ayer tuvieron conocimiento de la convocatoria de la fiesta, que según diversas fuentes se expandió en las redes sociales como organizada por la Facultad de Ingeniería, aunque al parecer no era así.
Al conocer esa convocatoria, ha agregado Lafuente, la UAB emprendió "las acciones pertinentes" que "pudo", como cerrar aparcamientos, avisar a los Mossos, y organizar el sistema de seguridad de la universidad. El rector ha adelantado que la institución estudiará qué acciones puede hacer para evitar nuevos botellones y ha subrayado: "Haremos lo imposible porque no pase otra vez". "Nos preocupa -ha agregado- porque tenemos un campus abierto, con muchos espacios, y es imposible de controlar".
"De vergüenza colectiva"
El director de los Mossos, Pere Ferrer, entrevistado también en la emisora 'RAC1', ha calificado el macrobotellón de "vergüenza colectiva".
"Generan un punto de cierta vergüenza colectiva -ha dicho Ferrer- que situaciones como estas, después de un año y medio de pandemia, se sigan produciendo con estas magnitudes. Pero tampoco se puede pedir a la policía que, cuando tres mil personas están llegando allí, hagan lo que sea para impedirlo; no se respetaría ningún principio de proporcionalidad".
El director de los Mossos ha explicado que, cuando fueron avisados de la fiesta y del colapso circulatorio que se estaba creando para acceder a la UAB, "se 'perimetraron' los accesos para evitar que entrara más gente". "Pero -ha objetado-, como no entramos en el campus, no hemos podido hacer identificaciones de las personas que seguramente han acabado haciendo algún tipo de daño".
El director ha afirmado que poco antes de las siete de la mañana ya no quedaban grupos importantes en el campus para participar en la fiesta que comenzó al filo de la medianoche, sobre todo en los convoyes de los Ferrocarriles de la Generalitat y otros medios de transporte a la zona.
Ferrer ha narrado que la policía catalana "está haciendo un esfuerzo extraordinario" para impedir fiestas como las de la UAB, pues en el turno de noche ha reforzado los efectivos un 20 veinte por ciento, lo que supone un sobre coste en horas extras de unos tres millones.
Ese aumento de efectivos, ha señalado, permite hacer "una actividad preventiva" cuando tienen conocimiento de una posible fiesta. "Nos avanzamos y cubrimos el espacio para que no se pueda hacer en el lugar", ha dicho, pero "cuando se está celebrando con tanta gente -ha concluido-, la actuación policial es inviable".