Un viaje a un destino exótico puede no serlo tanto si durante él se contrae una enfermedad infecciosa desatendida (ETD) según la Organización Mundial de la Salud (OMS), predominantes en climas calientes y húmedos, como el paludismo, la leishmaniasis, la esquistosomiasis, la oncocercosis, la filariasis linfática, la enfermedad de Chagas, por el que el Hospital madrileño de la Paz atendió a 500 personas en 2018, la tripanosomiasis africana y el dengue; o si una persona sufre una afección hemática trasmitida por la picadura de un insecto o mordedura provocada por una especie animal y que pueden ser evitadas con la aplicación de vacunas previsibles.
La frecuencia de las patologías adquiridas en los viajes varía en función del destino y el motivo del mismo, según indica Luis Ignacio Martínez Alcorta, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y Vocal de Innovación de la Junta Directiva de la Asociación Española de Vacunología, siendo los viajeros que visitan a familiares y amigos los que presentan “una incidencia marcadamente elevada, especialmente de malaria”. Este grupo de viajeros se caracteriza por una frecuencia muy baja de búsqueda de asesoramiento antes de emprender el trayecto.
Riesgos que se acentúan en perfiles como bebés y niños, embarazadas, ancianos, minusválidos, inmunodeprimidos y aquellas personas que tienen problemas médicos previos, y que pueden ser transmitidas por ejemplo a través del agua y alimentos contaminados.
Especialmente en viajeros con una enfermedad crónica que deben llevar consigo la medicación necesaria para la estancia y tener en cuenta las pautas preventivas en materia de vacunación así como llevar consigo “un botiquín portátil” que incluya repelente de insectos ante diversas picaduras de mosquito que puedan originarse antes de emprender un viaje a un país tropical es fundamental para evitar lesiones más severas contagiadas como el último brote de ébola registrado en el Congo del que alerta la OMS.
Se aconseja, en primer lugar, pedir información en Direcciones Provinciales del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) sobre los posibles convenios recíprocos en materia de asistencia sanitaria, entre el país de residencia y el país de destino, y por otro, contratar un seguro médico especial, en aquellos destinos donde los riesgos sanitarios son importantes y la asistencia médica es cara o no es fácilmente alcanzable.
Para ello, el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar pone a disposición del usuario una serie de indicaciones al viajero como los centros de vacunación internacionales habilitados a los que acudir, preferiblemente en los dos meses anteriores al viaje; la situación sanitaria actual establecida por países, y diversos consejos para prevenir accidentes durante el trayecto. Preocupación que ha concienciado ya a más de 322.000 viajeros que fueron atendidos en los centros preventivos, un 13,5% más que en 2017.
Si bien alguna de las vacunas para viajar a determinados países no es obligatoria sí es recomendada por los expertos, así como acudir al médico de Familia y Sanidad Exterior antes de emprender el viaje y llevar la cartilla de vacunación consigo durante el mismo.
En cuanto a las vacunas obligatorias están sometidas a reglamentación internacional, pudiendo ser exigido por las Autoridades Locales del país que se visita y son administradas en los Centros de Vacunación Internacional autorizados y aprobados por OMS, en donde se proporciona el Certificado Internacional de Vacunación.
Entre ellas se encuentra la vacuna contra la Fiebre Amarilla, que se suele trasmitir por la picadura de un insecto infectado, y que es indicada en personas que se dirijan a zonas infectadas de África y América del sur. Su validez alcanza una década a partir de los diez días de la primera dosis, aunque existen algunas contraindicaciones en personas con alteraciones inmunitarias y en niños menores de 6 meses. Además, en el caso de embarazadas la vacuna no está indicada durante el primer trimestre del embarazo.
Otra de las vacunas indispensables si se viaja a Arabia Saudí, y exigida por el territorio si se visita La Meca anualmente (Hajj) o en cualquier otro período (Umrah) tras el contagio de peregrinos en 2000 y 2001, es la vacunación tetravalente (A, C, Y, W-135) contra la meningitis meningocócica. Permite luchar contra N. meningitidis W-135.
La última de las vacunas que no puede obviarse es la poliomielitis en la que pueden exigir a los viajeros procedentes de países con notificación de presencia de poliovirus salvaje se vacunen contra la poliomielitis para obtener un visado de entrada.
En cuanto a la carta de vacunación aconsejada, los especialistas en Medicina Tropical señalan que se trata de una “ayuda muy importante” a la hora de combatir el resto de enfermedades infecciosas como el Cólera, la fiebre tifoidea, Hepatitis A y B, la rabia o el tétanos, entre otras.
Se trata de una vacuna oral inactivada que puede estar indicada para los viajeros que se dirijan a zonas de alta endemia, también para cooperantes, miembros de ONG, viajes de aventura, trabajadores en campos de refugiados y en el caso de que se prevea un contacto directo con la población en enclaves geográficos como África, Centro y Sudamérica y Sudeste Asiático.
Combate la enfermedad bacteriana intestinal aguda producida por el Vibrio Cholerae que se transmite por agua y elementos contaminados, donde a pesar de tener un índice de transmisión bajo es conveniente extremar las medidas higiénicas.
Por las mismas vías de contagio se transmite la bacteria SalmonellaTyphi que conduce a la Fiebre Tifoidea, con una distribución mundial aunque solo con un repunte mayor en países en vías de desarrollo provenientes de los continentes África, Centro y Sudamérica, Oriente Medio y Sudeste asiático donde la afección es resistente, incluso, a los antibióticos.
La vacuna que previene la Fiebre Tifoidea posee una efectividad limitada y puede administrarse por dos mecanismos: vía oral o inyectable. Así es recomendada fuera de los circuitos turísticos y condiciones higiénico-sanitarias difíciles o en estancias prolongadas de más de 1 mes.
La vacuna preventiva contra la Hepatitis A se prepara con el virus inactivado, que es contagiado entre personas y por la ingesta de productos en mal estado. La forma de propagarse de esta enfermedad inmunoprevenible es a través de epidemias periódicas y, aunque la distribución es mundial, es más habitual en lugares donde las condiciones sanitarias son deficientes y la seguridad del agua de bebida no está bien controlada afectando a 3-6 de cada 1000 viajeros por mes en itinerarios turísticos organizados, y a 20 de cada 1000 viajeros por mes en itinerarios rurales o fuera de los itinerarios convencionales según el Dr. Martínez Alcorta.
La segunda de las tipologías que enmarca la enfermedad producida por el virus B alcanza una distribución universal. La razón es su contagio a través de vía sexual, transfusiones sanguíneas, con sangre contaminada o por material contaminado (jeringas, tatuajes, piercing, acupuntura) y vertical perinatal entre el vínculo traspasado de madre a hijo.
En algunas zonas de América del Norte, en el norte y el oeste de Europa, el Cono Sur de América del Sur, Australia y Nueva Zelanda, la prevalencia de la infección crónica es relativamente baja (menos del 2% de la población general).
Una vacuna de ingeniería genética es indicada para prácticamente todos los viajeros no inmunes que se desplacen a áreas con riesgo de infección de moderado a alto. Además, puede administrarse a los lactantes desde el momento del nacimiento.
Se debe recomendar la vacunación pre-exposición a las personas con alto riesgo de exposición, como, el personal de laboratorio que trabaja con virus de la rabia, veterinarios, manipuladores y técnicos especialistas de animales, así como, otras personas que viven o viajan a zonas donde existe riesgo de rabia, frecuente en lugares de África y Asia donde incluso se producen alrededor de 55.000 muertes por este hecho.
Los viajeros que están muy expuestos al aire libre en zonas rurales - como, por ejemplo, al hacer footing, recorridos en bicicleta, senderismo, camping, excursionismo con mochila, etc.- pueden estar en riesgo aunque la duración del viaje sea corta., e individuos que viajan a zonas aisladas o a zonas donde es limitado el acceso inmediato a la asistencia sanitaria apropiada o a países donde escasean los productos biológicos y las vacunas antirrábicas disponibles localmente podrían ser inseguras o ineficaces.
El tétanos es una enfermedad producida por una toxina de la bacteria Clostridium tetani, que penetra en el organismo a través de heridas o erosiones en piel o en mucosas, sobre todo en heridas anfractuosas por lo que es fundamental que ante cualquier herida la limpieza y desinfección sea concienzuda.
Su distribución es universal y cualquier usuario debe protegerse frente a una herida, desde un pequeño corte a un accidente de vehículos motorizados, puede exponer al individuo a las esporas.
El experto también señala la ‘diarrea’ del viajero como la patología más frecuente entre los afectados que puede llegar a alcanzar a un 30-50% de los mismos y hasta un 80% en lugares susceptibles de peligro vírico. Su etiología varía temporalmente en función del área geográfica que se visite. Es producida fundamentalmente por bacterias (Escherichia coli enterotoxigénica como principal agente causal) y no existe una vacuna específica, por lo que las medidas preventivas resultan fundamentales para evitar este y otros cuadros clínicos.
Además, más del 20% de los viajeros que visitan áreas maláricas reportan un uso inconsistente o nulo de la medicación profiláctica frente a esta. Puesto que la malaria es una enfermedad grave y potencialmente mortal, el correcto cumplimiento de la medicación profiláctica puede ser de vital importancia.
Sin embargo, la resistencia y la falta de actuación en algunos territorios sobre muchas de ellas son debidas a la escasez de recursos económicos unido a los obstáculos sanitarios ya existentes, que van desde la pobreza a la estigmatización, y que impiden la investigación sobre estas afecciones. Motivo extra por el que el viajero debe cuidarse “en salud” antes de emprender la aventura trazada y tomar las precauciones indicadas.
Conviene tener en cuenta también factores de riesgo ajenos a la vacunación como el circuito establecido, las escalas, la duración del mismo, la calidad del alojamiento, el modo de pernoctación, la época del año en la que se realice, la situación epidemiológica del destino, la exposición a los patógenos, y las medidas profilácticas implementadas, entre otras medidas preventivas.
El reto para después de 2020, según la OMS, abarca dos objetivos: eliminar la propagación de las ETD y garantizar que la prestación de servicios de salud como las vacunas atiendan las necesidades de quienes lo padecen y sus consecuencias.