El chikunguña se trata de una enfermedad africana y que es relativamente joven. El primer caso se detectó hace 67 años, en 1952, en Tanzania. Sin embargo, debido a la globalización de las enfermedades del siglo XXI, este padecimiento se ha extendido hasta América, Australia, Asia y Europa, como informa El independiente.
El responsable de transmitir esta enfermedad es el mosquito tigre (Aedes Aegipti o Aedes albopictus), y su nombre quiere decir en makonde “doblado por el dolor”.
No se considera una enfermedad de carácter grave. La mayoría de las veces desaparece en dos semanas, aunque pueden existir casos en los que se complique el diagnóstico, sobre todo en bebés menores de un año o en mayores de 65, así como los enfermos crónicos.
El problema contra esta enfermedad es que no existe una vacuna o un tratamiento específico que proteja de ella, por lo que solo queda el tratamiento de los síntomas una vez se ha contraído. Pero una vez superada sí que queda protegida contra una posible reinfección.
Esta enfermedad se manifiesta con fiebre alta, dolor de cabeza, dolores en las articulaciones y dolor muscular que puede ir seguido de una erupción cutánea.
Los síntomas empiezan entre tres y siete días después de la picadura, y suelen durar entre una y dos semanas, aunque a algunas personas el dolor y rigidez en las articulaciones puede continuarles de manera intermitente durante meses.
Esta enfermedad comenzó a extenderse por el Índico, Australia y el Sudeste Asiático en 2004 y en Italia hubo un brote en 2007. El pasado fin de semana, España registraba su primer caso autóctono en Alicante, en varios miembros de una familia islandesa.
Sin embargo ya en 2017 este mosquito se había detectado por primera vez en Madrid, y en 2018 llegó a Extremadura.
Como informa La web de la Comunidad de Madrid en un informe sobre la enfermedad, "Los mosquitos se infectan cuando se alimentan de una persona infectada por el virus. Si un mosquito infectado pica a una persona susceptible, ésta puede quedar infectada."
No hay que alarmarse ante esta enfermedad ni crear una situación de pánico generalizado. En Madrid, por ejemplo,de momento se trata de casos aislados, y no se ha detectado una población estable de este mosquito. Aún así hay que estar pendiente de una manera moderada.