El ibuprofeno y el paracetamol han dejado de ser dos medicamentos de fácil acceso y, por lo tanto, uno de nuestros recursos de cabecera para paliar nuestras molestias.
Aunque previamente ya era, sobre el papel, necesario presentar una prescripción médica para conseguirlos, recientemente se ha pasado a controlar de manera más severa y multar a las farmacias que no cumplan con dicha normativa.
Pese a que socialmente sean dos medicamentos muy banalizados que usamos de manera habitual para hacer frente a un dolor de cabeza, muscular, fiebre o incluso una resaca, esta medida llega para frenar el extendido abuso en su consumo.
Ello se debe a que, como todo medicamento, cuentan con importantes efectos adversos de los que no estamos concienciados. Sin embargo, aunque estos no sean especialmente graves, sí que hay ciertas situaciones en las que debemos evitar seriamente el consumirlos, tal y como informa 'Cope'.
En primer lugar, en el caso de las personas con afecciones o enfermedades del corazón, deben evitar tomarlos con frecuencias, pues los antiinflamatorios aumentan el riesgo de infarto.
De la misma manera, quienes sufran problemas gastrointestinales también deben tener precaución con el ibuprofeno, pues reduce el flujo de sangre en nuestro estómago y puede irritar nuestros intestinos.
Otro grupo en riesgo son las embarazadas, pues este medicamento puede resultar dañino para el feto y ocasionar lesiones cardiovasculares en la madre.
Además de estos tres grupos y otros como las personas que estén consumiendo anticoagulantes, con asma o con artritris, el ibuprofeno no solo es malo para gente con alguna afección o condición especial, sino también asociado a determinadas prácticas. En concreto, es recomendable no consumirlos si se va a consumir alcohol o hacer deporte. En el primer caso, puede causar úlceras en el estómago, daños en el hígado o irritar el estómago. En el segundo, dosis elevadas pueden dañar los riñones.
En cuanto a la eterna duda en lo referente a estos medicamentos, los expertos recomiendan utilizar cada uno para situaciones concretas. En procesos que no presenten inflamación, como un dolor muscular por un golpe o un dolor de cabeza normal, es recomendable optar por el paracetamol.
Si, en cambio, la dolencia viene de una inflamación de garganta o similares, es más recomendable utilizar ibuprofeno. Sin embargo, para paliar la fiebre podría valer cualquiera de los dos medicamentos.