Un delincuente se atrevió a plena luz del día a desvalijar un piso en Barberà del Vallès, en Barcelona. El tiro le salió por la culata y tras verse sorprendido por los vecinos trató de escapar. Su huida fue grabada por los testigos en una escapada de altura, saltando de tejado en tejado.
Este ladrón parece que quería emular con Spiderman y se quedó en una caricatura. Con su capucha y ropa oscura, se quedó en una pésima imitación de vulgar ratero sin artes ni oficio. El joven, que acababa de robar en una vivienda al ser sorprendido por los vecinos, intentó huir de los agentes saltando de tejado en tejado.
Lo que parecía para los mossos un arresto sencillo de delincuente pillado con las manos en la masa se convirtió en una persecución de altura, sobre todo, porque se desarrolló en las azoteas. Los agentes cada vez que se acercan el ladrón vuelva a saltar con pasmosa agilidad entre los edificios de tres plantas.
Los mossos tratan de disuadirlo, le recuerdan que no tiene escapatoria, que se puede hacer daño si cae. El joven parece pensarlo, pero lo intenta una vez más, reacio a que le echen el guante o quizá a reconocer su fracaso.
Todos los vecinos siguen de cerca los movimientos del delincuente y la inusual detención ayudando a los agentes, revelando los pasos del ladrón cada vez que lo ven cambiar de edificio. Hasta que ya cansado, como los ratones, que giran en una jaula, se rinde y se entrega.
Para ponerle las esposas, han tenido que subir a la azotea tres policías, además de ayudarle a bajar. Ahora los Mossos buscan a su compinche que, al parecer, eligió un plan de huida algo más fácil efectivo.