Un hombre de 56 años ha sido detenido en Gijón después de haber simulado un secuestro ante las autoridades tras fabricar un relato insostenible que llegó después de haber enviado a la mujer con la que mantenía una relación una serie de cartas amenazantes anónimas, además de haber llegado a simular también un cáncer terminal para evitar que le dejase.
Concretamente, según una nota de prensa de la Comisaría gijonesa, recogida por Europa Press, el hombre en primer lugar envío cartas amenazantes a la mujer, que llegó a interponer una denuncia ante las autoridades. En ella, contaba que recibió un sobre en blanco, sin franqueo ni remitente, en el que había varios folios manuscritos donde la amenazaban con hacerla daño si continuaba publicando sus fotografías en su perfil de Instagram.
Además, en ellos se hacía alusión clara a momentos de su vida personal y su vida cotidiana que, según sostienen las autoridades, solo podían saber personas de su entorno o gente que la hubiese estado vigilando.
Tras estos hechos, --que comenzaron a principios del pasado mes de febrero--, una vez interpuesta la denuncia de la mujer, pocos días después el hombre acudió también a las autoridades y denunció, nada más y nada menos, haber sido secuestrado nada más salir del portal, tras dejar a su pareja en casa.
Según contó, un individuo, que le amenazaba con un arma blanca, le obligó a ir a un parque próximo a la playa del Arbeyal, donde le esperaban otros dos hombres.
Allí, según su versión, estos hombres le instaron a dejar la relación con la mujer y le hicieron un corte en la pierna, asegurando que hubo de ser asistido en un centro sanitario.
Dejando un relato que no hacía sino alentar las sospechas de los agentes, tras realizar las investigaciones pertinentes pudieron constatar que el testimonio que realizó no resultaba cierto o no se ajustaba a la realidad.
Tampoco era verdad su burdo intento por simular un cáncer terminal para evitar la ruptura sentimental con la mujer. El hombre ni estaba ni había sido tratado de ninguna patología grave, como comprobaron las autoridades.
Con todas las miradas ya puestas en él, acudió al requerimiento policial y acabó reconociendo a los agentes la falsedad de su denuncia y el hecho de haber simulado ser víctima de un delito que nunca llegó a producirse.
El hombre, sobre el que no constan antecedentes ni reseñas policiales, fue puesto en libertad con cargos a la espera de juicio.