Así surgió la tradición de poner el Belén: cada figura tiene su sentido
Lucía SicreMadrid
Así surgió la tradición de poner el Belén.Pixabay
Desde la Virgen María hasta el caganer: este es el origen y el significado de las figuras del Belén
San Francisco de Asís, en Italia, en 1223 parece que fue el primero en pedir permiso para un Belén
Los franciscanos fueron extendiendo esta práctica hasta convertirla en tradición.
Hay tradiciones que se repiten cada Navidad, por mucho que corran tiempos convulsos. Sin duda dos de ellas son el momento de colocar el árbol navideño (con todos sus adornos y su enredo de luces) y el portal de Belén. Esta representación del nacimiento del niño Jesús se convirtió en costumbre en nuestro país hace siglos y, aunque para algunos haya dejado de tener un significado religioso (tanto como la Navidad en sí misma), sigue siendo un acto simbólico que asociamos con estas fiestas. ¿Cómo surgió la tradición de poner el Belén? ¿Qué significa cada figura del portal de Belén?
Así surgió la tradición de poner el portal de Belén
Parece que fue San Francisco de Asís, en Italia, quien, en el siglo XIII, pidió permiso al Papa para representar un Belén viviente. Esto ocurrió exactamente en 1223 en una cueva de la localidad de Greccio, y la lógica de esta decisión era ilustrar el momento del nacimiento de Jesús y explicar el significado de la Navidad a todas aquellas personas que no sabían leer o escribir, que eran muchas en aquel momento. explicar el significado de la Navidad. Eso sí, la primera representación fue viviente, y no un nacimiento con figuras.
A partir de ahí, los franciscanos fueron extendiendo esta práctica hasta convertirla en tradición. Posteriormente, ya en el siglo XV, el proceso de democratización de esta nueva costumbre dio un nuevo paso con la fabricación de belenes de barro. Por ejemplo, en 1465 se fundó en París la primera empresa fabricante de figuras para el portal de Belén.
Tan arraigada llegó a estar esta costumbre que, ya en 1545, con la celebración del Concilio de Trento, se impulsó su instalación en las iglesias durante la Navidad. Paulatinamente, también se comenzó a hacer en familia y las estatuillas se fueron personalizando con los rasgos y trajes típicos de cada país.
En el caso de España, fue el rey Carlos III el que popularizó el uso de los nacimientos. Alrededor de 1776 encargó a los artesanos napolitanos un belén para regalárselo a su hijo, el futuro Carlos IV. Las piezas, que se colocaban en palacio, han pasado a la historia como el Belén del Príncipe.
De ahí esta costumbre se trasladó a los nobles de la época, que quisieron imitar la costumbre del monarca y colocar belenes en sus casas y palacios para decorar sus casas. Poco a poco, y con el paso de los años, esta costumbre siguió ocupando capas sociales y extendiéndose a la totalidad de la población, en gran parte gracias a la fabricación de figuras más sencillas y baratas. El resultado es bien conocido: el portal de Belén se ha convertido en un básico extendido en casi todos los hogares españoles.
También sigue siendo costumbre que distintas instituciones públicas diseñen sus propios ‘belenes’ cada año, que son visitados por los ciudadanos, así como, por su puesto, las distintas iglesias, parroquias, etc. a lo largo del país.
En cuanto a qué significa cada figura del Belén, estas son las piezas que no pueden faltar en tu portal y su significado:
José y María. La Virgen María es una figura que representa la vida, la bondad, la fecundidad y el amor. Es también el puente entre lo terrenal y lo celestial. En cuanto a San José, representa el equilibrio y la fuerza para aceptar la voluntad de Dios.
Niño Jesús. Es la figura del guía espiritual, cuyo objetivo es transmitir al hombre su amor al mundo.
El ángel. Esta figura es portadora de buenas noticias y representa la felicidad por la llegada al nuevo mundo del niño Jesús. Además, simboliza la bondad, el amor y la misericordia.
El burro. El burro representa la humildad, el esfuerzo y el trabajo.
El buey. En el caso del buey, su objetivo es mantener caliente con su aliento la cuna del niño Jesús. Se trata de una figura que trata de dar ejemplo a los hombres, para que mantengan en sus hogares un ambiente cálido y amoroso.
Los pastores. Los pastores, según la tradición, se encontraban con sus rebaños de ovejas cuando se les apareció un ángel para contarles el nacimiento de un Salvador en Belén. Por eso acudieron a conocerle. Simbolizan la humildad, la sencillez, el servicio, la ayuda y la alegría de los seres humanos.
Los Reyes Magos. Los Reyes caminan hacia el portal donde nació Jesús en sus tres camellos, acompañados de sus pajes. Simbolizan al hombre sabio y llevan obsequios al niño Jesús: oro, mirra e incienso. Además, le muestran a Jesús su naturaleza real, divina, así como su sufrimiento y muerte.
El pesebre. Este elemento presente en el nacimiento representa la humildad y la sencillez.
La estrella. Es un elemento clave, ya que fue la encargada de guiar a los Reyes Magos hasta el lugar del nacimiento de Jesús. Curiosamente, llevó a los Reyes de norte a sur, cuando cualquier objeto natural en el cielo se mueve de este a oeste, debido al movimiento de rotación de la tierra. En cualquier caso, la estrella simboliza la fe y la luz que guía en el camino hacia Dios. También se asociada con el espíritu de celebración y con las grandes ilusiones.
El caganer. Esta figura tiene su origen en Cataluña en el siglo y comenzó a utilizarse entre finales del siglo XVII y principios del XVIII. Suele colocarse en un lugar poco destacado y no se conoce con exactitud el motivo por el que comenzó a utilizare, aunque sí se cree que simboliza la fertilidad de la tierra, la prosperidad y buena suerte para el año siguiente. Aunque se pudiera pensar lo contrario, la tradición del caganer está aceptada plenamente por la Iglesia. De hecho, se dice que colocar esta figura en el Belén trae suerte y alegría y que no hacerlo supone desventura.