El coronavirus apareció en China en diciembre de 2019, concretamente en la ciudad de Wuhan. En apenas un mes, el virus comenzó a propagarse a gran velocidad contagiando a muchos ciudadanos chinos. Por eso, las autoridades del país decidieron decretar un confinamiento obligatorio con el que los ciudadanos no podrían salir de sus casas.
La actividad económica se paralizó y los comercios y empresas tuvieron que cerrar. Tan solo abrieron los supermercados y las farmacias. Además, solo se permitía a los ciudadanos salir de sus domicilios par acudir a por la compra de alimentos o fármacos. En el país se establecieron grandes controles donde se verificaba la temperatura corporal de los ciudadanos y se trataba de averiguar en qué lugares habían estado en las últimas semanas.
Poco a poco, las autoridades han ido levantando ciertos permisos en el confinamiento hasta llegar a una libertad total donde ya funcionan con total normalidad las empresas, restaurantes, bares y transporte público. Sin embargo, en espacios cerrados hay que llevar a cabo ciertas medidas de precaución como mantener la distancia de seguridad entre las persona o someterse a controles de temperatura.
Cuando comenzó esta crisis en China, en España no existían estas prohibiciones y se veían las medidas implantadas en el país con extrañeza. Sin embargo, el pasado 14 de marzo el Gobierno de España tuvo que decretar el estado de alarma en todo el país ante el gran aumento de casos por coronavirus y muertes que estaban azotando el país. A partir de ese sábado, tanto bares, como cines, centros comerciales y empresas cerraron.
Un mes después de que Pedro Sánchez anunciase las medidas y las prohibiciones que tenían que cumplir los ciudadanos, el estado de alarma se ha alargado otros quince días. De esta manera, la situación excepcional que está viviendo España con sus ciudadanos confinados se verá alargada, como mínimo, hasta el 26 de abril. A partir de esta fecha no se conoce qué va a suceder.
Son muchas las preguntas que rodean a la fecha de la última prorroga del estado de alarma. Sin embargo, algunos de los miembros del Gobierno se han atrevido a dar ciertas pistas para que los españoles sepan qué sucederá a partir del 26 de abril. Un ejemplo es el de la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero. Ella misma dejó entrever que a partir del 26 de abril, los españoles podrían ir recuperando su vida poco a poco.
Sin embargo, días más tarde Pedro Sánchez desveló en el Congreso de los Diputados que estaba barajando la posibilidad de aumentar otros quince días más el estado de alarma. Siguiendo los consejos de los expertos, el presidente de España ampliaría el estado de confinamiento de toda la población española. De esta manera, el estado de alarma duraría dos meses.
Desde el principio, China ha sido el espejo donde tanto españoles como italianos se han mirado para poder controlar esta brutal pandemia. Por eso, si nos fijamos en las medidas impuestas por el Gobierno chino se podría observar que su confinamiento duró 76 días. Lo que quiere decir que esta situación se alargaría como mínimo hasta el 29 de mayo.
De esta forma, una vez llegados al 29 de mayo se empezarían a levantar poco a poco y de forma muy paulatina las medidas decretadas en el estado de alarma. Así, se podría dejar a los ciudadanos acudir a parques y zonas abiertas. Sin embargo, se mantendrían ciertas medidas como la distancia de seguridad entre los ciudadanos, el uso obligatorio de mascarillas y la prohibición de aglomeraciones.
Un gesto que ha anunciado el Gobierno y que cuadraría con las medidas impuestas en China se ha llevado a cabo por parte de Sanidad. Salvador Illa, ministro de Sanidad, ha anunciado que a partir del lunes 13 de abril el Gobierno dará mascarillas a todos los trabajadores que se tengan que desplazar en transporte público a sus lugares de trabajo. De esta forma, Sanidad pide a todos los ciudadanos que se lleven a cabo y que se cumplan con las medidas de seguridad.
Esta decisión se adopta después de que el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) ha avalado el uso de mascarillas en público, tanto en personas con síntomas que ya saben que están infectadas de COVID-19 como en asintomáticos, principalmente en espacios cerrados y concurridos, como tiendas, centros comerciales o el transporte público.
En concreto, el Ejecutivo recomienda su uso de forma complementaria a la higiene de manos, el distanciamiento social y de higiene general, cuando se vaya a realizar desplazamientos en medios de transporte públicos o en sitios donde pueda haber aglomeraciones. Para ello, se facilitarán en las estaciones de metro y cercanías.