Frankie es una golden retriever de tres patas que disfruta de una nueva oportunidad en la vida gracias a su nueva pata biónica. El animal, que ahora tiene dos años, era la pequeña de la camada y los criadores temían que no sobreviviera. Sin embargo, cuando el perro nació los veterinarios comprobaron que el cordón umbilical se le había enrollado alrededor de su pata delantera derecha.
Esta complicación en el parto le causó un estrangulamiento en la zona y provocó que los veterinarios tuvieran que amputársela.
Por fortuna, Joey Bennett, de 59 años, y Jodie Reid, de 65, de Ontario (Canadá), se enteraron de la existencia de Frankie y rápidamente se interesaron por ella, prometiendo darle un buen hogar si sobrevivía.
La pareja no solo le ha dado un buen hogar en el que crecer y desarrollarse, también se han preocupado por darle una vida lo más digna posible, invirtiendo en su salud y poniendo solución a la amputación de su pata delantera derecha con una pata biónica que le permite correr y jugar como cualquier otro perro de su edad.
Sus dueños han decidido crearle un perfil social en Instagram para compartir con todos sus seguidores lo bien que se ha amoldado y acostumbrado a esta nueva pata biónica. En su cuenta de Instagram se puede ver cómo Frankie disfruta de su día a día gracias a esta herramienta.
Un koala llamado Triunfo hace hoy honor a su nombre después de haber recibido la primera prótesis en el mundo diseñada específicamente para uno de su especie. Su historia comienza en 2017 cuando fue rescatado por Marley Christian, una veterinaria que lo encontró en Nueva Gales del Sur, en Australia, cuando apenas era una cría junto a su madre moribunda.
Triunfo nació sin su pie derecho y aunque se vale por sí mismo, poco a poco, al crecer, el hueso comenzó a sobresalir de la extremidad y a provocar dolor en el animal. Su cuidadora inició entonces una búsqueda incansable para encontrar una empresa capaz de construir una prótesis adecuada.
Fueron varios los intentos, todos infructuosos, hasta que llegó Jon Doulman, un dentista local que dio con la solución perfecta: una pequeña bota de color rosa que permite a Triunfo no sólo un apoyo total, sino también libertad en el movimiento, como por ejemplo rascarse. Ahora la vida de este joven koala ha dado un giro de 180 grados y aunque permanecerá en cautividad el resto de sus días, puede decirse que ha comenzado con buen pie este 2021.