Es la imagen de la tragedia, la foto del dolor. La de dos jóvenes de una misma pandilla, José Manuel Castañón, Mamel, de 43 años, un joven deportista que murió atropellado por otro joven conocido de la ciudad, alias Pichurry que dio más de 0,80 miligramos de alcohol en sangre, según desveló el diario El Comercio. Y ahora David Carragal, que con solo 32 años ha sido asesinado a golpes en plena calle.
El estupor es constante en las redes y nadie se explica cómo es posible que la tragedia se haya cebado de forma tan inmisericorde con dos chavales dentro de una misma panda de amigos. Mamel era un apasionado del balón. Se da la paradoja de que iba a disputar el partido más importante de su vida antes de ser atropellado: el encuentro entre el Boliche B, al que él pertenecía y el Oviedo Arenas. Y más siniestro todavía. Era un partido ya considerado de la muerte, porque uno de los miembros del equipo contrario también había fallecido en un accidente de coche por lo que tuvo que ser suspendido, según desvelada El Español.
La tragedia, pues, le esperaba a Mamel al cruzar la calle. El golpe le hizo salir despedido 20 metros. No hubo posibilidad de salvarlo. No estaba casado pero tenía pareja. Sus amigos destacaban de él su jovialidad, sus ganas de vivir, su excelente forma física y su compañerismo. Un gran tipo. Más críticos eran todos con El Pichurry que abandonó el lugar de los hechos e intentó deshacerse del coche de la tragedia. La Policía Local pudo identificar su vehículo a través de las cámaras de seguridad instaladas en el Teatro Campoamor, situado a escasos metros del lugar del accidente, e Iván González, Pichurry fue detenido, seis horas después. Fue acusado de homicidio imprudente, conducción temeraria y abandono del lugar de un accidente, según informaba el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA). El único consuelo del destino es que el equipo de Mamel ganó el partido, aunque el homenaje en las gradas fue tanto para él como para Pelayo Lastra, de su equipo contrario.
Y ahora la tragedia golpea de nuevo a la panda con David, un chico bueno que no estaba acostumbrado a enfrentarse a situaciones de peleas y problemas, como comentan sus amigos entre lágrimas. Un chaval despierto y afable al que nadie vio nunca metido en trifulcas.
Como señalan los compañeros y amigos en las redes sociales, volcadas por la muerte a golpes de David Carragal por algo tan nimio como no dar tabaco, (él que no fumaba), la desaparición de este joven profesor machacado por tres jóvenes menores de 23 años, "en menos de un mes, a dos personas de este grupo de amigos les arrebataron la vida. Primero a Mamel Castañon Osorio, atropellado por un cobarde que huye sin tan siquiera hacer amago de parar para auxiliarlo y después a David Carragal en manos de un grupo de desalmados. Qué la justicia actúe contra ésta gentuza, que destroza dos vidas y a dos familias para las que ya no habrá consuelo posible".
Las redes sociales se han llenado de mensajes en recuerdo del joven profesor. "David acaba de fallecer. Nos lo mataron y esos personajes salieron de casa a hacer daño. Él solo tuvo la mala suerte de cruzarse con ellos, pero podría haber sido cualquiera". Ahora lo que piden todos es que se haga justicia.
Al menos los causantes de su muerte han sido ya detenidos. En este sentido, fuentes policiales agradecieron la colaboración ciudadana y han recordado que la investigación se mantiene abierta. Los tres detenidos permanecen en las dependencias de la policía nacional donde han pasado la noche y donde se están practicando las diligencias para ser puestos a disposición judicial en un plazo máximo de 72 horas desde su detención. Los amigos de David piden que se haga justicia para que nunca más nadie se pueda encontrar con ellos en la calle y una fiesta, en este caso la de La Florida se convierta en tragedia. Y todo por un cigarro.