Con la cuarta ola estabilizada y los contagios y la incidencia ligeramente a la baja sigue preocupando la presión hospitalaria y la situación de las UCI. En el País Vasco, tal y como sucedió en la primera ola, no se descarta retrasar operaciones quirúrgicas que no sean urgentes. Esta ralentización de los contagios propicia alivios de restricciones. Cataluña recupera mañana la movilidad en todo su territorio. En la Comunidad Valenciana se amplia el horario de la hostelería hasta las diez de la noche.
Se alivian poco a poco las restricciones. La situación mejora lentamente y eso a pesar de las actitudes irresponsables de algunos. Se pudo volver a ver ayer en Barcelona y en Sevilla. Fiestas multitudinarias e ilegales y un grupo de jóvenes, visiblemente ebrios, lanzándose al Guadalquivir desde el Puente de Triana.
Un concurrido Puente de Triana contempla atónito el espectáculo que está a punto de ocurrir. Un joven salta, acrobacia incluida, los 12 metros que separan el puente del río Guadalquivir. Pero no es el único, otros dos estudiantes erasmus repiten la hazaña. Y así hasta cuatro jóvenes, de entre 17 y 25 años se la juegan en una tarde de fiesta que acaba en denuncia. Al menos, por suerte, sin daños mayores.
La Policía aprovecha y desaloja los alrededores del río, donde cientos de personas disfrutan de una tarde primaveral y con vistas. No es la única intervención llamativa de la policía local de Sevilla ayer. Minutos más tarde entran en una sala interrumpiendo este panorama de incumplimiento tras incumplimiento. Ni mascarillas, ni distancia, ni grupos reducidos. Al final 125 personas desalojadas y local precintado.
En Barcelona, otro fin de semana de aglomeraciones en la playa. Macrobotellones donde hay bailes pero no mascarillas. Muchos jóvenes que empiezan la fiesta por la tarde y la continúan hasta que les dejan. Normalmente por la noche.
Primavera de procesiones diferentes, escoltadas por la Policía que en algunos momentos desembocan en ligeros disturbios, y posterior toma de datos.