Hace un mes, en pleno confinamiento por la pandemia del coronavirus, la desoladora imagen de decenas de bebes nacidos por maternidad subrogada en Ucrania que esperaban para poder ser recogidos por familias de todas partes del mundo era denunciada por los principales afectados.
Hoy, por fin, esa historia parece encontrar un final feliz y son muchos de ellos los que están pudiendo conocerlos por fin.
Es el caso de Jose y su pareja, ambos argentinos, quienes cuentan a Informativos Telecinco la gran ilusión que sienten después de poder ‘comerse a besos’ a su hijo; un bebé muy buscado para el que hoy todo son carantoñas, sonrisa y mimos.
En total, 71 días ha estado sin poder viajar a Ucrania para cogerle: “Siempre fue luchado. Hasta con una pandemia en el medio. Sentimos ilusión, alegría, felicidad… Es conseguir el logro y lo que se buscó durante 10 años”, cuentan ahora.
El coronavirus cerró fronteras, pero los pequeños seguían viniendo al mundo. Hoy han sido una docena de parejas las que han podido recoger a sus hijos tras un viacrucis, --el de la búsqueda de la descendencia propia en vientre ajeno--, que también han vivido varias parejas españolas. Dos de ellas están allí. Exteriores no permite inscribir a los niños en el Registro Civil, con lo que no pueden obtener pasaporte español. En este contexto, los bebés salen de Ucrania con pasaporte ucraniano; un proceso lento que alarga aún más su estancia en el país.