Los expertos geólogos y vulcanólogos no pierden de vista la lava que ya cae de forma constante sobre la costa de la isla de La Palma. Desde tierra o embarcados frente al delta que forma el magma monitorizan y tomas muestras para averiguar los efectos de este fenómeno.
Por el momento preocupan las emisiones de gases tóxicos que se general al entrar en contacto la lava con el agua marina. Los primeros datos descartan consecuencias para la población pero para evitar posibles daños, sigue manteniéndose un perímetro de seguridad de unos 3 kilómetros al tiempo que se mantiene el consejo de usar mascarillas.
La llegada de la lava al mar está formando un delta o fajana que algunas fuentes dimensionan en 10 hectáraes aunque el aporte constantes de lava fluida está ampliando esta nueva plataforma. Su crecimiento dependerá de la batimetría de la zona de forma que un fondo marino plano aumentará este delta mientras que una profundidad creciente dificultará que este delta siga creciendo.
Otro de los fenómenos que preocupa a los expertos es la acidificación del agua con su consiguiente cambio de color y propiedades que afectará de forma segura a gran parte de la fauna y flora marina presente en el lugar de contacto de la lava con el mar.