Eugenio Delgado, el autor confeso de la muerte de Manuela Chavero, tenía 24 años cuando ella desapareció en 2016. La mujer tenía entonces 42 años. Ella le conocía desde niño. Vivían en la misma calle, a tan sólo 30 metros. Y cuentan en el pueblo, Monesterio (Badajoz), que él estaba obsesionado con ella. Que había intentado acercarse y ella lo había rechazado. También lo describen como reservado, solitario y raro. Sin apenas amigos y con una gran pasión, los caballos.
Daba cuenta de ello en las redes sociales, como también su gusto por los tatuajes. Ahora se mira con lupa su pasado. Sus padres se separaron hace años. Él se quedó con su padre, que murió de causas naturales. Pero poco después la mujer con la que el padre había mantenido una relación aparecía muerta en la bañera. Se dijo entonces que había sido un accidente, un golpe en la cabeza, pero ahora ya todo son sospechas porque, además, parece que la encontró el propio Eugenio.
Eugenio Delgado fue detenido el jueves y, el viernes, la Guardia Civil encontró unos restos óseos en la finca de Monesterio donde se buscaba el cuerpo de Chavero, que fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal de Badajoz para su identificación.
La investigación ha sido llevada a cabo por la Sección de Homicidios, Secuestros y Extorsiones de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil junto a la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Badajoz. El caso lo lleva el Juzgado de Instrucción número 1 de Zafra, que decretó el secreto de las actuaciones.
Durante la madrugada del sábado, Eugenio acudió a su vivienda para una reconstrucción de los hechos que comenzó a las 00:30 y duró hasta las 6:50. Acudió vestido con pantalón corto y camiseta y con la cabeza descubierta. Fue recibido con gritos de "asesino" por algunos de los curiosos que estaban detrás del cordón policial.
La vivienda de Eugenio tan solo se encuentra a unos metros de la de Manuela desaparecida la noche del 4 al 5 de julio de 2016. Allí, fue donde se supone que la mujer perdió la vida de manera accidental, según ha contado el detenido.
Durante unas seis horas, dijo al detalle lo que sucedió aquella noche del fatal suceso. Tras la muerte, el hombre trasladó el cuerpo ya sin vida hasta la finca de La Hesa que había alquilado a un ganadero y donde cavó la tumba. Un escenario clave ya que allí se recuperan.
El domingo, ha finalizado la segunda reconstrucción de los hechos para la que el detenido fue conducido a las 11:30 horas de nuevo a su domicilio y ha finalizado a las 18 horas. Tras acabar, ha sido conducido por la Guardia Civil a los juzgados de Zafra, donde pasará a disposición judicial.