La expansión del Covid-19 a nivel mundial ha puesto en jaque a las grandes potencias mundiales, que se han puesto manos a la obra para encontrar una vacuna contra el patógeno o, como poco, conocer más características del mismo con el fin de derrotarlo. La ‘juventud’ del virus (solo han pasado unos meses desde sus primeros contagios en diciembre) lo convierte en un desconocido a ojos de la comunidad científica internacional.
China, foco mundial del virus, celebra en estos momentos su segundo día consecutivo sin contagios domésticos, y sigue la estela del coronavirus para conocer poco a poco más detalles sobre el mismo. De esta forma, un estudio preliminar llevado a cabo en Wuhan y Shenzhen ha centrado sus esfuerzos en determinar qué grupo sanguíneo es el más propicio a contraer el virus y cuál es el más resistente a los efectos del patógeno, en información del diario South China Morning Post.
De acuerdo con el estudio, las personas con sangre tipo A podrían ser más vulnerables al virus, que según los encargados de la investigación, “necesitarían una protección personal particularmente fuerte para reducir las opciones de contagio”. Además, para aquellos contagiados dentro de este grupo sanguíneo aconseja “extremar la vigilancia” y un “tratamiento agresivo” contra el patógeno.
En contraste, las personas con sangre tipo O serían las menos afectadas por el virus y sus consecuencias, corriendo un riesgo más bajo de contraer la enfermedad que el resto de los tipos sanguíneos y, de llegar a contagiarse, sufriendo en menor medida sus efectos y necesitando de una menor asistencia médica.
El estudio se ha enfrentado a algunas voces críticas en su país de origen que lo critican de ‘incompleto’, señalando como insuficiente la muestra tomada (dos mil personas en comparación con los cerca de 200.000 contagiados en todo el mundo) o el hecho de que no proporcione una explicación clara sobre los resultados obtenidos, como la interacción molecular entre el virus y los glóbulos rojos de los distintos tipos sanguíneos.