La crisis del coronovirus ha supuesto un duro golpe para todos, de forma especial para las personas mayores, pero también para las nuevas generaciones que han visto cambiar su forma de vivir, incluyendo en el colegio o la universidad, y muchos siguen estudiando a pesar de pasar una cuarentena o incluso de sufrir el covid
En el Día Internacional de los Estudiantes hay que recordar a los alumnos, que han tenido que adaptarse a la multitud de cambios que esta enfermedad ha provocado para poder seguir con sus tareas, tal y como cuentan cuatro jóvenes a Efe, quienes lo último que quieren es dejar de lado sus obligaciones académicas.
Es el caso de Celia, una joven de 19 años que acababa de empezar Ciencias Políticas y Administración Pública en la Universidad de Salamanca cuando el pasado 23 de octubre le detectaron el virus, aunque asegura que dos días antes ya sabía que lo tenía debido a la pérdida de gusto y olfato.
Y como Dmytro, de 20 años, estudiante de Relaciones laborales y Recursos Humanos que dio positivo en coronavirus hace tres semanas. Los dos universitarios rápidamente avisaron a sus respectivas facultades.
Además de la pérdida de gusto y olfato, Celia tuvo que luchar contra molestias en los ojos que aparecían nada más levantarse e iban remitiendo a lo largo del día, así como dolores, en caderas y rodillas.
Dmytro también sufrió síntomas provocados por esta enfermedad como fiebre, dolor muscular y de articulaciones y "un desgaste constante", a lo que hay que sumar dolores de cabeza y estómago que parecían de forma esporádica.
Raúl es un joven 16 años que cursa cuarto de la ESO, actualmente se encuentra confinado en casa debido a su reciente positivo en covid y afirma que está teniendo "dificultades" para llevar sus estudios al día debido a los dolores de cabeza y la mascarilla: "Para estudiar es un agobio, pero intento que me afecte lo mínimo".
A pesar de haber sufrido la covid, ninguno ha dejado sus estudios y en la medida de los posible los han podido llevar al día.
También Eduardo, otro estudiante de cuarto de la ESO, quien se perdió cuatro exámenes mientras estaba confinado, que pudo recuperar cuando volvió a incorporarse a clase, y siguió los temas por internet.
Sin embargo, relata que, a pesar de que la mayoría de profesores le impartía las clase a través de la pantalla, algunos se olvidaban de hacerlo y "perdía la clase". No les culpa "debido a estas circunstancias", pero "sigue siendo temario perdido", lamenta.
Dmytro asimismo ha seguido realizando desde casa las prácticas que sus profesores le mandaban y ha asistido a todas las clases vía telemática.
Desde el inicio de la pandemia, la educación ha tenido que adaptarse a las circunstancias y pasar de un modelo presencial a uno por internet u otro mixto.
En la mayoría de casos, este curso se ha producido el retorno a la presencialidad, pero los alumnos que se contagian deben seguir recurriendo a las tecnologías para seguir sus estudios en línea, algo con lo que no están muy contentos.
"Yo las clases 'online' no las veo productivas porque los alumnos no vemos ni entendemos tanto la asignatura como de manera presencial", señala Dmytro. Coincide Celia: "los que estamos en casa no podemos participar, ya que siempre surge algún problema como que no nos escuchan o que no funciona el micro".
Para que este método fuera efectivo todos los estudiantes coinciden en que hace falta formar a los profesores en las herramientas correspondientes. Raúl piensa que sería mejor si los profesores dispusieran de equipos "para retransmitir clases con calidad".
Eduardo añade que es necesario implantar en el instituto una hora a la semana con una psicóloga, ya que en su caso el covid está bastante presente en su vida debido a que tiene "un hermano de alto riesgo" y pasar tantas horas encerrado en casa ha supuesto que "desarrolle una depresión".