No hay escultura en Almuñécar (Granada) sin mascarilla, porque si esa tela destroza el arte, también puede destrozar la Naturaleza si termina en el suelo y después en el mar. Hasta la fría piedra aconseja llevar la mascarilla en la boca y después tirarla a la basura.
Bajo el lema “No al Arte Incívico” el Ayuntamiento de Almuñécar ha lanzado una campaña, con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, contra el abandono en la vía pública o en el campo de mascarillas y guantes tras su uso durante la pandemia del Covid-19. Recodemos que deben desecharse en el contenedor de desperdicios genérico, no en el del plástico.
“Queremos llamar la atención sobre esta situación poniéndoles a las obras de arte que tenemos en nuestra localidad y que ha creado el ser humano, una mascarilla con lo que estamos, de alguna manera, destrozando el arte; ahora el ser humano está haciendo lo mismo con la Naturaleza, al realizar estos abandonos de estos elementos en la vía pública y medio ambiente”, según ha manifestado el concejal de Medio Ambiente, Luis Aragón.
Ayer amanecieron los principales monumentos o esculturas de Almuñécar con mascarillas provocando con ello una llamada a atención a los ciudadanos para que no las abandonen en cualquier parte. “La utilización de esculturas y obras de arte quiere simbolizar que el ser humano, que es la única especie creadora de Arte también puede, en su lado más negativo, destrozar la “Obra de Arte que es la Naturaleza”, indicó Aragón.
“Desafortunadamente hemos visto demasiadas mascarillas por nuestras calles y cunetas. Y lamentablemente muchas acabarán en cauces de ríos y en el mar. Este incivismo que combina la peligrosidad del residuo por su posible infección y la generación de un residuo no biodegradable y peligroso para la flora y fauna autóctona”, dijo el edil sexitano de Medio Ambiente.
“Existe un compromiso total y absoluto con la “Sostenibilidad” de nuestro municipio y vamos a estar atentos a cualquier comportamiento que deba ser señalado y corregido. Nos estamos jugando nuestro futuro y el de las generaciones futuras”, recalcó Luis Aragón.
Fabricadas con fibra de plástico, las mascarillas tardan décadas en degradarse; son un foco de contagio y además no son biodegradables. Responsabilidad al ponernos las mascarillas y lo que hacemos con ellas al quitárnoslas. Una de las principales víctimas de esta “pandemia de incivismo” por el abandono de las mascarillas en el medio es el característico “dragón” (camaleón) de la zona de Almuñecar, que puede morir atragantado o intoxicado por estos residuos, así como muchas otras especies protegidas.