La policía francesa ha pedido colaboración ciudadana para encontrar a Natalia Sánchez, una joven estudiante española de Erasmus desaparecida desde el miércoles en París.
Su mochila, con su teléfono móvil y su ordenador, aparecieron este lunes en un parque cerca de su universidad en la capital francesa. La estudiante llevaba un mes diciendo a sus amigos y familiares que alguien la seguía y la observaba.
La joven es una estudiante de Económicas en inglés de la Universidad Autónoma de Barcelona, es granadina y fue vista por última vez el 1 de mayo en París. Últimamente residía en el distrito 14 con Porte D'Orleans.
Sus padres, que viven en Mallorca, ya están en París siguiendo la investigación. Antes de partir solicitaron públicamente colaboración para dar con su paradero, según expone en redes sociales la Fundación Europea por las Personas Desaparecidas 'Quién Sabe Dónde'. Este martes han pedido que su caso "no se convierta en un circo", según ha informado El Mundo.
La joven mide 1,62 centímetros de estatura, es de complexión media, piel morena, pelo largo castaño y tiene un pendiente en la nariz.
Natalia, a tenor de la gente que ha convivido con ella en Francia es una persona que no suele confiar en todo el mundo y que, a sus 22 años, deseaba volver a su tierra. Las amigas confirman que se sentía en muchas ocasiones sola y agobiada.
La mañana de su desaparición estaba trasladando sus maletas al piso de una amiga española, pues se acababa su contrato en el piso en el que había vivido hasta entonces, en el distrito 14, al sur de París. Natalia dejó dos maletas en la casa de su amiga y le dijo que regresaba para recuperar una tercera y que volvería más tarde para estudiar juntas, ya que está en mitad de sus exámenes finales. Nunca volvió.
En su cuenta de facebook también se percibe a una Natalia que se autoanima y que es especialmente seguidora de los consejos de Daniel Amos, que suele dar consejos a los jóvenes en las redes para mejorar su ánimo y su autoestima con bastante éxito. En ella se podían encontrar frases del estilo: Cuando tu salud mental es mala, date un respiro. No te sientas culpable por cosas que no puedes hacer. No te sientas mal por comer mal, acerca de no hacer tanto como normalmente harías. Eres un humano. Está bien luchar. Después mírate y mira tu mente. Es importante".
Otro de los mensajes en esta línea, del 28 de abril, rezaba "la vida es más fácil cuando sacas a la gente negativa de ella". Un día antes, Natalia publicó "deja que la gente te eche de menos. A veces te tienen por segura porque piensan que siempre estarás disponible. Añórame cuando me haya ido".
En un mensaje publicado hace nueve meses en la web Erasmusu, Natalia publicó un anuncio para buscar piso compartido porque "no me gusta vivir sola", escribió. "Estoy un poco loca y me gusta hacer fiestas pero también mis estudios, tener tiempo para todo", continuó. En ese momento, Natalia contó que tenía dos amigos franceses que vivían en París y que estaba "acostumbrada a compartir piso con desconocidos" ya que había pasado un año trabajando en Londres y había vivido los dos últimos años en Barcelona, donde estudiaba. Tampoco nada que no hayan dicho otros jóvenes en las redes sociales.
En el entorno más intimo de amistades de Natalia están preocupados por los mensajes de la joven en esta red social; oscuros, tristes e inquietantes. Un contraste con otra red social donde colgaba fotos alegres propias de su edad de conciertos, festivales y viajes por Europa.