España continua buscando una app a través de la que se pueda rastrear los contactos de las personas contagiadas por Covid-19 y mejorar así la detención de los casos positivos. El Gobierno y algunas autonomías han puesto en marcha ya esta medida mediante profesionales especializados en vigilancia epidemiológica, que podría ser mucho más rápida mediante una aplicación móvil.
"La tecnología estaría lista, pero la clave es implementar un modelo que sea interoperable en la práctica totalidad de la Unión Europea", recuerdan fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos. La Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial depende de esta cartera, y ya se adhirió a mediados de abril a un consorcio europeo llamado PEPP-PT que estaba indagando en cómo resolver este desafío.
Los teléfonos móvil enviarían códigos encriptados cada pocos minutos a través de Bluetooth. De esta forma, el móvil podría emitir y recibir señales de los dispositivos cercanos, de modo que saltaría una alerta cuando un caso positivo se encontrará cerca.
Para llegar a esta solución se ha seguido con interés el caso de Singapur y su app, TraceTogether. Gracias a su experiencia con el SARS, un tipo de coronavirus, en 2003, Singapur fue uno de los países que antes reaccionó ante el Covid-19 y el primero en lanzar un rastreador basado en la tecnología Bluetooth.
Esta aplicación intercambia códigos identificatorios entre usuarios que estén en un radio de 2 metros de forma automática y encriptada a través del Bluetooth que tienen la mayoría de los teléfonos móviles.
El Ministerio de Asuntos Económicos asume que la tecnología "ya estaría", pero se trabaja para que la futura app de rastreo de contactos sea interoperable con la del resto de países europeos.
Sin embargo, ya hay notables diferencias: mientras que Reino Unido y Francia apoyan el modelo que centraliza los datos de los contactos de los ciudadanos en un servidor, Francia, Austria, Estonia o Italia abogan por lo contrario.
De momento el Gobierno español no se decanta por ninguna de las dos opciones, mientras en Reino Unido la app ya está en fase de pruebas y en varios países se lanzarán sus versiones en las próximas semanas.
El rastreo de contactos ha sido importado del este asiático: países como Singapur o Corea del Sur han sido ejemplos para todo el mundo por su gestión.
En esta carrera tecnológica también han intervenido Google y Apple, que firmaron en abril una histórica alianza que ya ha dado sus frutos. De momento, la división existe entre estas dos alternativas: la app que centraliza los códigos que envían los móviles en un servidor único, que puede ser de propiedad gubernamental, como la app en la que trabaja Reino Unido.
Al frente, están quiénes prefieren una app que mantenga los datos descentralizados. De este modo, se evita que tanta información sensible de los ciudadanos se acumule en un único servidor, susceptible de ser ciberatacado. Las 2 grandes tecnológicas son favorables de esta segunda opción.
Por ahora, el Gobierno de España solo confirma que "se sigue trabajando en el ámbito europeo". Si hay novedades, se comunicarán "de inmediato". Este extremo ya lo ha defendido en varias comparecencias la propia ministra de Asuntos Económicos, la vicepresidenta Nadia Calviño.
Esta tecnología resultaría esencial a la hora de la desescalada que ya ha iniciado España. Ayudaría a la detección precoz de contagios y a evitar grandes rebrotes. Por el momento, España todavía no cuenta con su app propia, pero hay países que sí han elegido su app.
Isle of Wight es una pequeña isla británica cerca de Southampton con una población de menos de 150.000 personas. También es la zona en la que se está funcionando con una versión de prueba de la NHS COVID-19, la app que las autoridades británicas están desarrollando para rastrear contactos en todo el país.
La aplicación de Reino Unido opta por el modelo centralizado, lo que ha provocado que altos cargos del Gobierno de Boris Johnson quieran cambiar a un modelo descentralizado. Solo un tercio de la población se ha descargado la app, mientras los expertos piden que lo haga todo el mundo.
Cédric O, el secretario de Estado francés de Digitalización, defendía la elección del modelo centralizado, como Reino Unido. El responsable de la app gala considera que la Comisión Europea ha validado ambos enfoques, tanto el centralizado como el descentralizado, "siempre que respeten unas garantías". Francia espera lanzar su aplicación a principios de junio, y están trabajando en su beta.
El caso alemán es uno de los más paradójicos. El Ejecutivo de Angela Merkel optó en un principio por continuar en el consorcio PEPP-PT. De hecho, muchas entidades alemanas estaban integradas en él. Seis días después, el Gobierno germano decidió cambiar y abrazar la alternativa descentralizada, el DP-3T.
Este pequeño país asiático fue el primero del mundo en implementar una tecnología para rastrear contactos físicos y erradicar los contagios de coronavirus. Singapur se convirtió, gracias a su gestión, en uno de los ejemplos para todo el mundo a la hora de combatir el Covid-19.
Sin embargo, TraceTogether, como se llama su app, no lo es todo. El propio Gobierno lo reconocía en un artículo publicado por el director de los Servicios Digitales del Ejecutivo, Jason Bay. "No es la panacea", admitía. Y reconocía que hoy por hoy, estas apps de rastreo no pueden sustituir el rastreo de contactos "manual".