Es época de gripe y resfriados: En qué se diferencian y cómo se pueden combatir
La gripe es mucho más intensa que un resfriado
Los síntomas de la gripe son más fuertes y duraderos
Es época de gripes y catarros pero es importante establecer las diferencias entre ambos porque, aunque lo parezca, no son lo mismo.
La gripe es una alteración más severa que un simple resfriado y sus síntomas y duración varían considerablemente.
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Algunas de las características que diferencian a estas enfermedades respiratorias son:
- Lo más relevante es la intensidad de los síntomas. La gripe es mucho más intensa y tiene un carácter más debilitador en nuestro organismo, pudiendo provocar fiebre durante varios días, algo que el resfriado no suele generar.
- Ambos tienen afecciones comunes como la congestión nasal, la tos, o el dolor de garganta y cabeza. Pero si los síntomas en el resfriado van desde malestar y cansancio hasta fiebre baja, los de la gripe van más allá, pudiendo generar además dolores musculares y escalofríos.
- La duración del resfriado es más corta, mientras que los síntomas de la gripe se pueden alargar hasta las dos semanas. Además, la gripe aparece de manera inmediata, sin tener una evolución gradual como el resfriado, que suele ser más común y puede llegar a padecerse varias veces al año.
La gripe es un importante problema de salud, tanto por la mortalidad que puede provocar directa o indirectamente, como por las complicaciones que puede ocasionar y los costes económicos y sociales que origina.
La proporción de población afectada durante las epidemias anuales oscila entre el 5 y 15% en poblaciones grandes, y es superior al 50% en grupos de población cerrados como internados escolares o asilos.
Cómo poner remedio
Cuando tenemos gripe lo primero que se nos viene a la mente para curarnos es el uso de antibióticos. Pese a ello y según desvela el propio Ministerio de Sanidad, lo mejor que se puede hacer para curarse es descansar, beber abundantes líquidos, o evitar el consumo de alcohol o tabaco.
Luego están los remedios caseros como las sopas de pollo, tomar mucha vitamina C, el té con limón o miel que alivian de alguna manera los síntomas, aunque son más eficaces en el caso de los resfriados.
Lo que sí está claro en cualquiera de los casos es que, cogido el virus, hay que pasarlo.