La recuperación de Eduardo ha sido un largo camino de pasos lentos que comenzó en marzo de 2020 cuando este taxista de 60 años se contagió de covid. El virus lo dejó atrapado en un coma del que despertó después de dos meses. Entre enfermedad, recuperación y secuelas que le ha dejado el coronavirus lleva dos años hospitalizado. La retirada de las mascarillas lo preocupa.
Eduardo cuando estaba en la UCI pidió un espejo para verse; algunos le advirtieron que mejor se olvidaba de esa idea. "Me dijeron que más valía que no me lo trajeran". Había perdido 30 kilos y tenía problemas en los pulmones y en las piernas.
Eduardo sigue sufriendo las secuelas del covid que todavía le persiguen aunque a finales de este mes podrá dejar el hospital Duran i Reyanls en el que aun continúa ingresado: "La vida cuesta mucho vivirla y es muy fácil perderla. Yo me siento como que he vuelto a tener una segunda oportunidad".
La jefa de enfermeras, Irene Pastor, reconoce que después de tanto tiempo se le va a echar de menos pero ahora empieza la recompensa por el esfuerzo que ha hecho para rehabilitarse y lograr convertir estos dos años de agonía que Eduardo remarca con sus dedos en una V de victoria.