Un vecino de la localidad cordobesa de Fuente Obejuna ha sido detenido como supuesto autor de un delito de maltrato animal después de haber disparado y matado a su perro, como informa el medio local Diario de Córdoba.
Los hechos ocurrieron el pasado 9 de mayo, cuando la Central Operativa de Servicios de la Comandancia de la Guardia Civil de Córdoba recibió un aviso de que se habían escuchado disparos en una parcela de la localidad de Fuente Obejuna y que tras ellos se apreciaba un fuerte olor a pelo quemado.
Inmediatamente, agentes de la Guardia Civil se desplazaron hasta el lugar de los hechos, donde pudieron corroborar el fuerte olor a quemado que se desprendía de la finca. Ante ello, las autoridades decidieron hacer varias preguntas al propietario de la parcela para saber de dónde provenía ese fuerte olor a quemado.
Tras varias versiones contradictorias, finalmente confesó que había disparado a su perro y posteriormente lo había quemado por haberle mordido. Acto seguido, la Guardia Civil detuvo al individuo, acusado de un delito de maltrato animal.
La Audiencia Provincial de Alicante ha confirmado la condena de tres meses de cárcel impuesta a una mujer por un delito de maltrato animal después de que el perro, un cachorro de unos cinco o seis meses de la raza American Staffordshire, falleciera a causa de la falta absoluta de cuidados.
La Sala entiende que la conducta de la acusada evidencia una "absoluta desatención y la falta de los más elementales cuidados en un animal respecto del cual la apelante tenía la posición de garante" y, por lo tanto, se ha desestimado así el recurso de apelación interpuesto por la dueña del animal, según ha informado el TSJCV en un comunicado.
La mascota, que estaba famélica y deshidratada, murió el 2 de agosto de 2016, sin que los veterinarios que intentaron socorrerla pudieran hacer nada por su vida. El cachorro vivía en el patio de una vivienda de la localidad de San Vicente del Raspeig (Alicante) que su dueña había ocupado, en condiciones de insalubridad, sin agua, comida ni zonas de sombra o cobijo.
Tampoco había recibido las vacunas obligatorias, sufría diarreas con sangre y acabó contrayendo la enfermedad de la parvovirosis.
El Juzgado de lo Penal número 5 de Alicante reflejó en la sentencia ahora confirmada que la acusada llevaba "una vida desordenada" y estaba "en ocasiones ebria o bajo el efecto de sustancias". Además de condenarla a tres meses de prisión, el juzgado le impuso una inhabilitación especial para ejercer cualquier profesión, oficio o comercio relacionado con los animales.
Ahora, la sección tercera de la Audiencia de Alicante ha ratificado ahora dicho fallo tras desestimar el recurso de apelación interpuesto por la condenada. El tribunal considera correcta la aplicación en este caso del artículo 337 del Código Penal pues este precepto castiga a quien dispense a cualquier animal doméstico "un "maltrato injustificado por cualquier medio o procedimiento, lo que incluye también la comisión por omisión".