Un grupo de científicos rusos ha descubierto cómo triplicar la efectividad de la vacuna contra la gripe. La clave está en un adyuvante llamado bromuro de azoximer, capaz de aumentar la inmunogenicidad de la vacuna antigripal. Esta sustancia permite una triple reducción de la dosis de antígeno en comparación con las vacunas normales sin añadir sustancias adicionales.
Este descubrimiento es importante porque permite ahorrar antígenos y eso implica que la fabricación de la vacuna puede iniciarse más rápidamente y llegar a más pacientes en periodos más cortos de tiempo. Además, cuanto menos antígenos se inyecten en nuestro organismo, menor es el riesgo de que nos afecten sus efectos secundarios.
La mayoría de los experimentos de esta investigación se realizaron con ratones. "Estudiamos el efecto del bromuro de azoximer en las células dendríticas humanas y las células nk de los ratones", explica Alexey Matveichev, director del Centro de Estudios Preclínicos de Petrovax. La vacuna con el adyuvante resultó aumentar la velocidad de su maduración y migración. Tan pronto como una célula llegaba a un ganglio linfático, la respuesta inmune comenzaba a desarrollarse, a formar defensas corporales y a aumentar la actividad del sistema inmune.
La conclusión era que, en presencia del bromuro de azoximer, la vacuna que contenía una menor cantidad de antígenos funcionaba tan eficientemente como la que tenía un contenido de antígenos tres veces mayor. Además, combatía a las células infectadas de forma más eficaz, lo que supone que una persona enferma puede recuperarse de la gripe más rápidamente.