Daniel es un héroe en silla de ruedas. Nunca le ha parado. Lo fue en Filomena, en las nevadas en España, y lo es ahora en la guerra. Por lo menos para Katrina y Ksenia, a las que ha salvado la vida. Ellas, con miedo, confiaron en este fisioterapeuta que las acogió en su coche con la promesa de llevarlas a España y huir de la muerte. Ellas confiaron en él y ahora le ven como un segundo padre. Ahora viven con ñel, felices y a salvo de la guerra.
Daniel es el rostro humano de otros muchos que sigue ayudando a los refugiados de Ucrania, comportándose como auténticos ángeles mientras los bombardeos continúan, como el de este viernes en la estación de tren de Kramatorsk.
Pero para Daniel su solidaridad no ha terminado. Hoy vuelve a la carretera camino de Polonia, en su silla de ruedas, cargado de nuevo con ayuda y con gente que regresa huyendo de la guerra.
No es la primera vez que Dani coge su Toyota Land Cruiser para ayudar a los demás. Cuando Filomena dejó incomunicadas a miles de personas en España, este madrileño también salió a la calle para tratar de ayudar a todo aquel que lo necesitase. Ahora, con su todoterreno arrastra un remolque que lleva mantas, sacos de dormir y 500 kilos de pienso para mascotas que lo necesiten en Ucrania. A Daniel no, no le para su silla de ruedas y el motor de su corazón da para mucho.