Una expareja residente en Valladolid ha sido informada de que, tras separarse y solicitar la custodia compartida de un perro de raza West Highland Terrier, el animal deberá convivir seis meses con cada uno de sus dueños para repartir la tutela.
Así lo ha confirmado la sentencia judicial que afirma que el animal apodado 'Cachas' deberá pasar medio año con cada uno de los miembros de la expareja que convivió durante más de tres años juntos.
La demanda interpuesta por Silvia ha sido aceptada por el Juzgado de Primera Instancia número 9 de Valladolid en un fallo emitido el pasado 23 de mayo, que otorga el derecho de copropiedad sobre el perro junto con su expareja, Carlos, según han informado fuentes jurídicas.
Sobre lo que no se ha pronunciado la Audiencia es sobre la decisión de a quién atribuir las costas del proceso judicial derivadas de la instancia.
El mismo documento ha confirmado la ampliación de los quince días iniciales que poseía la dueña de cuidar al animal a los seis meses que disfrutará próximamente, después de que durante el juicio su expareja, quien ha iniciado una nueva relación, anunciase su desplazamiento de residencia hasta Alicante de forma permanente a partir del mes de julio junto con su nueva pareja.
Un tema que a consideración del juez perjudica las entregas ya que "Alicante no está ahí al lado, la cosa no sería fácil", comunicó durante la sesión judicial. Por este motivo, la aludida había solicitado previamente la custodia compartida entregando diversa información documental así como alegando que fue ella quien depositó los 377 € iniciales en el momento de la compra y el 50% de los gastos derivados de manutención y vacunación.
Sin embargo, Carlos, el otro implicado no estaba de acuerdo con la propuesta y reclamaba la custodia exclusiva del animal de raza Terrier. A cambio el individuo estaba dispuesto a indemnizar de manera compensatoria a su expareja, algo a lo que ella se negó rotundamente y por lo que ha luchado por la custodia repartida entre ambos.
La nueva pareja de Carlos, Diana T, ha declarado en calidad de testigo que el animal debería permanecer junto con ellos en Alicante ya que es el principal apoyo de su hija pequeña y de otro perro de su propiedad. Ruega así que no se "desestabilice el núcleo familiar" creado.
En la declaración, Diana también insinúo el dudoso trato que 'Cachas' recibía con su antigua dueña, ya que cada vez que regresaba después de permanecer quince días con Silvia el animal volvía atemorizado y "temblaba cada vez que algo se cae al suelo y se mete en la bañera".