Todas las hipótesis continúan abiertas en el caso de Esther López, la mujer de 35 años de Traspinedo que fue hallada sin vida tras 24 días desaparecida. La médico forense que acudió al levantamiento del cadáver no observó, en principio, signos externos de violencia en el cuerpo y todo apunta a que la vallisoletana falleció el mismo día que se le perdió la pista, según publica El Confidencial. No obstante, habrá que esperar a los resultados de la autopsia para conocer exactamente cómo y cuándo murió la joven.
Esther López no recibió disparos ni fue apuñalada ni sufrió traumatismos graves que le pudieran haber causado la muerte, según las primeras observaciones de la médico forense. Sin embargo, no se descartan otras causas que sean menos visibles por el estado de descomposión del cadáver, por ejemplo, la asfixia; ya que, según apuntó, la mujer podría haber fallecido la noche de su desaparición.
Llama la atención que Esther López haya sido encontrada sin enterrar, "en superficie" con la ropa que llevaba el día de su desaparición, con el abrigo puesto, y todas sus pertenencias en el bolso. Solo la cubría un poco de hierba.
La zona en la que se halló el cuerpo estaba "muy próxima" a la zona de búsqueda de Esther López, por lo que una de las hipótesis es que el cadáver hubiese sido trasladado en la madrugada del viernes al sábado. En este sentido, algunos testigos que han visto cómo se encontraba el cuerpo dicen que estaba "cuidadosamente colocado".
Sin embargo, no descartan que el cadáver estuviese allí desde su muerte ya que, aunque estaba próximo a la carretera y en una zona transitada, es posible que el desnivel hubiese ocultado a la vista el cuerpo.
Para saber qué pasó, además del análisis forense del cuerpo, miembros de la Unidad Central Operativa, la UCO, el Equipo Central de Inspecciones Oculares, el ECIO, han recabado varias pesquisas que puedan ayudar a esclarecer el caso.
Hay que ser "muy minuciosos y hay que hacerlo lo mejor posible para recabar todas las pistas" que permitan esclarecer este hecho, expresaba el mismo sábado el coronel de la Guardia Civil, Miguel Recio, en una comparecencia a los medios de comunicación la delegada del Gobierno, Virgina Barcones.
Esta, por su parte, insistió en su "confianza" en las actuaciones que ha llevado a cabo la Guardia Civil, asegurando que al igual que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado "han estado a disposición para encontrar a Esther, también lo van a estar ahora para esclarecer los hechos".
En cualquier caso, la autopsia revelará cómo y cuándo murió Esther López y si el cuerpo, efectivamente, fue trasladado en las últimas horas o estuvo allí desde el principio. Además de otras pesquisas, se están analizando las imágenes grabadas por las cámaras de tráfico y de los locales cercanos a donde se encontró el cuerpo.
Cabe recordar que en este caso la lista de sospechosos, si se tratase de un crimen, asciende a más de diez personas tras las contradicciones de los testimonios de las dos últimas personas que estuvieron con Esther López la noche que desapareció. De momento, no se ha conocido ninguna detención además de la del Manitas, que quedó en libertad con medidas cautelares, mientras continúa el secreto de sumario sobre la investigación.
La vecina de Traspinedo, desaparecida el 12 de enero, era buscada desde que sus padres presentaran denuncia el pasado día 17, después de que no diera señales de vida tras haber estado la noche de su desaparición viendo en un bar del pueblo el partido de la Supercopa entre el Barcelona y el Real Madrid y luego continuara la fiesta con unos amigos en casa de uno de ellos y más tarde en unas bodegas.
Esa era la versión que habían facilitado las dos personas con las que estuvo esa noche antes de que se le perdiera el rastro, dos vecinos de Traspinedo, Óscar y Carlos, que viajaron con ella en el coche del primero de regreso a casa y que, según relataron con algunas contradicciones, se detuvo ante el restaurante La Maña.
En el relato ofrecido, Carlos se apeó del vehículo para ir a su casa y luego Óscar y Esther discutieron porque ella quería seguir de fiesta y él la dejó en las inmediaciones, sin que se volviera a saber nada más de la mujer en los últimos veinticuatro días.
Las investigaciones desde entonces se centraron en ambos vecinos y también en un tercer investigado, Ramón G. (El Manitas), pesquisas en las que la Guardia Civil, además de rastrear el municipio mediante batidas en las que habían participado cientos de voluntarios, había tomado muestras de la vivienda del tercero y de los vehículos de este y de Óscar, sin resultado positivo, y había centrado también su investigación en los teléfonos
El único de los investigados que había permanecido privado de libertad es Ramón G cuya detención hubo de prorrogarse durante otras 72 horas aunque finalmente la titular del Juzgado de Instrucción número 5 le dejó en libertad provisional ante la falta de pruebas que atestiguaran su implicación en los hechos.