El microondas es de los electrodomésticos más prácticos de la cocina. Sirve para calentar, cocinar, descongelar... Pero no siempre es buena idea. Hay ciertos recipientes y comidas que nunca debes meter en el microondas, por tu seguridad.
El plástico se puede fundir en el microondas o migrar sustancias perjudiciales al alimento, por ello es mejor comprar un envase preparado para calentarse, como son algunos de silicona pensados para la verdura o los huevos.
Lo primero que viene a la mente al pensar en una bolsa de papel en el micro son las típicas de las palomitas, pero no hay que olvidar que estas son unas específicamente pensadas para ese propósito. Una bolsa de papel normal y corriente puede arder o producir vapores peligrosos.
Estos materiales pueden hacer que empiecen a saltar chispas por todas partes y romper el microondas, en el mejor de los casos. En el peor, puede que monten incluso un incendio. Lo mismo vale para las cucharas y otros cubiertos de este material.
Lo de calentar agua y otros líquidos en el micro está prohibido a menos que lo tapes de alguna manera. Como habrás comprobado alguna vez con la sopa, el líquido empieza a hervir y salta por todas partes, armando un caos dentro del electrodoméstico que luego toca limpiar. Además, el recipiente puede quemarte al sacarlo.
Este es un caso muy curioso. Al meter uvas en el microondas, se producen chispas y hasta fuego cuando se calientan. “Hay varias teorías que lo explican, una es que las moléculas se ionizan y se crea un plasma brillante que puede llegar a explotar”, explican desde la OCU.
Si vas a meter un cuenco con tomate, es fundamental que lo tapes con un plato o algo pensado para estos casos, sino cuando abras el micro estará totalmente porque el tomate saltará por todas partes empapándolo todo.
¿Tienes intención de cocer un huevo con cáscara en el microondas? No lo hagas, calentará el interior del huevo y creará una acumulación de vapor. Puede incluso llegar a explotar dentro del microondas o recién sacado de él. Por algo se venden recipientes especiales para hacerlo. O mejor aún, puedes escalfarlo en agua, que tiene menos riesgo.
No es recomendable olvidarte de meter el café por la mañana en el micro y calentarlo sin más. Ponerlo a funcionar sin nada dentro significa que no habrá ningún objeto que absorba las ondas, por lo que estas vuelven al llamado magnetrón y pueden contribuir a quemar el aparato poco a poco, hasta estropearlo, según la OCU.