Humo y cenizas. Son los restos del incendio que ha arrasado alrededor de 1500 hectáreas en la Ribeira Sacra, en Lugo. Un fuego violento, alentado por el fuerte viento que ha mantenido en jaque a los vecinos. Esta noche, tras ser declarado extinguido, han podido dormir más tranquilos.
El fuego casi llegó a tocar las puertas de los vecinos y estos durmieron las dos noches anteriores en vela con el miedo que las llamas llegaran a las casas de las aldeas. Por suerte, al tercer día llegaron las lluvias convirtiéndose en una ayuda para los bomberos desplegados, tras una dura batalla contra los incendios.
El primero de los fuegos se inició en la noche del domingo en la parroquia de Nogueira, con unas 140 hectáreas quemadas. Posteriormente, poco antes de las 13.00 horas de este lunes, se originó un segundo incendio en la parroquia homónima de Ribas de Sil que se extendió al término municipal vecino de Quiroga y se convirtió en el más voraz de la temporada al arrasar 1.450 hectáreas de superficie.
Ante la proximidad de las llamas al núcleo poblacional de Rairós, la Xunta activó la Situación 2 en Ribas de Sil, que ayer por la tarde fue desactivado tras ser controlado el fuego.