El verano está a punto de llegar y con él muchos padres y madres comienzan las vacaciones con sus hijos. Por ello, es vital recordar la importancia que tiene la protección frente al sol de la piel, y especialmente en el caso de los niños pequeños.
Como informa la web para padres y madres bebeymás, el 80% del daño solar se produce antes de los 18 años, por lo que es muy importante proteger a los menores para evitar prevenir cáncer de piel.
La precaución cuando hablamos de bebés tiene que ser todavía mayor debido a la delicadeza que tiene su piel, ya que los niños tienen el sistema de defensa cutáneo inmaduro hasta los 3 años de edad. Esto hace que sean mucho más vulnerables a la exposición solar.
Además, cuando hablamos de niños menores de 6 meses, hay que tener en cuenta que bajo ningún concepto se deben exponer al contacto directo de la luz del sol, ya que su piel es todavía más sensible y delicada. Además los expertos aseguran que ni los protectores más potentes del mercado son capaces de proteger a un bebé de esta edad, y optan por único protector 100% eficaz: la sombra.
Desde la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) se aconseja que en menores de tres años solo se empleen filtros físicos, es decir, aquellos que no pueden ser absorbidos por la piel y actúan a modo de pantalla reflejando la luz, para minimizar también el riesgo de alergias. Además hay que evitar la presencia de alcohol o perfumes en su composición.
Son muchas las dudas que suelen surgir sobre los bebés y cómo protegerlos del sol, por ello el Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza creó un documento explicativo donde aclaraba algunos puntos clave que hay que tener en cuenta y varios consejos que podemos seguir:
Los niños menores de tres años tienen la capacidad de regulación corporal mucho más limitada y, por ello, al exponerlo al sol podría sufrir un golpe de calor. Esto puede ocurrir aunque nuestro bebé lleve crema solar, ya que esta no es capaz de combatir el calor, solo protege de los rayos solares a la piel.
Para evitar un posible golpe de calor hay que mantener hidratado al niño en todo momento, dándole todo el líquido que sea necesario. También puedes refrescar a tu bebé mojándole la cabeza y diferentes partes del cuerpo.
La ropa es el mejor aliado para los bebés. Nunca hay que dejar al niño desnudo o en traje de baño bajo el sol, aunque lleve protección. Los tejidos de algodón puro son de gran ayuda para proteger de los rayos del sol, para que se filtre bien la radiación. Hay que tener claro que, como consejo para evitar las quemaduras solares, hay que evitar poner la protección con la ropa puesta para no dejar zonas que queden desprotegidas.
Además los complementos son muy importantes: un sombrero o una gorra, y unas gafas de sol adecuadas